Agencias
MÉRIDA, Yuc.- La costumbre de enterrar a los muertos ha empezado a quedar en el pasado, ya que muchos yucatecos optan por la cremación de sus familiares, situación que ha alejado a las personas de los panteones de esta capital.

Durante un recorrido por el Cementerio General, uno de los más antiguos de Mérida, fundado en el siglo XIX, Notimex platicó con varios vendedores y prestadores de servicios algunos de los cuales llevan casi 40 años trabajando en el sitio, informa Notimex.

La mayoría coincidió en que las cosas han cambiado mucho en los últimos años, pues antes era posible ver el paso de cientos de personas que acudían con mucha anticipación a limpiar las tumbas de sus parientes fallecidos, pero ahora ya no es así.

Doña Guadalupe Yerbes Palomo, quien atiende un puesto de flores en la entrada de ese camposanto, cuyos mausoleos y tumbas son realmente impresionantes, señaló que en sus ocho años de trabajar en ese lugar ha observado un descenso paulatino de la afluencia a estos sitios.

Este puesto tiene más de 36 años de operar, mi suegra, doña Luz, fue quien empezó y ella siempre nos hablaba de la gran cantidad de gente que llegaba a los cementerios desde muchas semanas antes del 31 de octubre, fecha en que inician formalmente las festividades a los difuntos”, explicó.

Ahora las cosas son diferentes, el movimiento empieza hasta el mismo día 31 de octubre, cuando llega mucha gente al lugar, aunque no necesariamente a ver a sus muertos, sino para ver el espectáculo del “Paseo de las ánimas” que organiza el ayuntamiento de esta ciudad y parte del Cementerio General, agregó.

Cambio hasta de flores

Junto con la costumbre de acudir al panteón, también empieza a cambiar el tipo de flores que se ofertan en los cementerios, pues muchas flores que se cultivaban en Yucatán ex profeso para esas fechas han dejado de cultivarse, por lo que han sido sustituidas por flores de otros estados.

Doña María puso como ejemplo más contundente el caso de la flor de “Xpujúc”, la cual fue por décadas la base para la decoración de las tumbas y mausoleos, pero que en los últimos años ha sido sustituida por el “cempasúchil”, que es traída desde viveros del centro del país.

Lo mismo pasa con otras flores como la crisálida, la codorniz, “las nubes”, la “inmortal”, entre muchas otras, “cada vez es más complicado conseguirlas en Mérida, pues ya muy poca gente las cultiva”, precisó.

Consideró que uno de los principales motivos por los que han cambiado las cosas es porque la gente ha dejado de enterrar a sus muertos en los cementerios y prefieren incinerarlos y llevarlos a las criptas de las iglesias o en algunos casos se quedan con las cenizas del difunto en la casa.

“Eso hace que ya no tengan motivos para venir a los cementerios y prefieran quedarse en casa y poner su altar ahí con las cenizas de su difunto”, añadió la entrevistada.

De igual forma se expresaron otros comerciantes de flores y oferentes de servicios de limpieza de tumbas, muchos de los cuales incluso dicen que ya quieren que llegue el 31 de octubre, pues a pesar de todo, las festividades a los difuntos son la mejor época de ventas para ellos.

En el lugar también ya se observa a varias cuadrillas de trabajadores municipales cortando la maleza y limpiando los caminos que conectan desde la tumba más antigua, que data de 1859, con el nombre de Joaquín Espinosa Redón, hasta los enormes mausoleos de mármol estilo griego.