La Divina Madre nos da bendiciones y felicidad

La adoración a la Virgen María es una constancia ontológica de valores en todas las culturas y tradiciones del mundo.

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Alis García Gamboa, la invitada al programa, Alejandra Jiménez Virgen, y Maryliz Escalante. (Jorge Acosta/Milenio Novedades)
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William Sierra/Milenio Novedades
MÉRIDA.- La Divina Madre, aquella que se manifiesta conforme la necesitamos y que una vez que reconocemos que existe comienzan a llegar las bendiciones y felicidad, fue el tema del que habló la especialista en ontología, Alejandra Jiménez Virgen, en el programa radiofónico Salvemos una Vida, que se transmite todos los viernes en AMOR 100.1 de Grupo Sipse, y que fue conducido por Alis García y Maryliz Escalante.

La invitada dijo que los estados de conocimiento de la Divina Madre pertenecen a toda la humanidad, y vistos desde el punto antropológico y arqueológico podemos tratarlos desde la época de las cavernas, en África.

Conforme la raza evoluciona, se encuentra que la adoración a la Divina Madre es una constancia ontológica de valores en todas las culturas y tradiciones, de ahí que, por ejemplo, en México, nuestra madre es la Santísima Virgen de Guadalupe; en el Oriente, en China, sería Kuan Yin; en India, Maa Durga.

Cuando se ven tantas adoraciones surge la pregunta, ¿qué adoramos?, y la invitada explicó que primero es habernos dado la vida, sobre todo ahora que por comodidad la gente no quiere asumir compromisos como el de criar un hijo.

“Los seres humanos honramos los procesos de nacer, por eso todos esos símbolos de grandes senos que nos van amamantando. Luego, todas las culturas de la Divina Madre nos dicen que es la gran leona defensora, que no estamos solos. En el momento en que sentimos que hemos perdido la batalla, aparece y nos levanta”, indicó.

Un tercer aspecto, abundó Alejandra, es la enseñanza que nos da, al ser amorosa, que seamos compasivos, y que nos ampara.

“No se trata de tener fe, sino de aprender a comprenderla y ataviarla como la Virgen de Guadalupe, de San José de los Lagos, como sea.

¿Cómo podemos compartir nuestra fe cuando sucede un milagro? Esto es lo más importante a enseñar, cómo se activa a la Divina Madre para que en la conciencia de cada uno de nosotros demos un espacio para que se manifieste”, agregó.

Para tener contacto con la Divina Madre, la ontóloga mencionó que primero debemos entender, y cuando la conoces, te atiende y cuida, se convierte en ese amor especial.

“¿Qué debe hacer una persona para adoptar a una Divina Madre? Si no tiene fe, no cree en la Virgen, en su casa no hay imágenes de santos, lo invitaría a estudiar las cualidades de la Divinas Madres de todas las culturas; encontrará varias constantes: es amorosa, siempre acude cuando se le necesita, de modo que la pregunta es ¿usted, como la concibe? Si está en la India será hermosísima, voluptuosa, y se manifiesta con 12 brazos en las que lleva un arma con que desafía y destruye al demonio. Si está en China, será amorosa, compasiva, con un rostro pacífico, dentro de unos jardines muy artísticos. En el México prehispánico, como una estatua monolítica con un fabellín de serpientes. Entonces, se manifiesta de distinta manera, de acuerdo a lo que cada hijo necesite”, explicó.

Alis García preguntó: ¿y cuando no se tiene referencia de una madre? La invitada respondió que se tiene que estudiar, encontrar una simbología, una imagen que a usted le inspire.

“La más importante de las caridades de la Tierra es reconocer a Dios”

Y abundó: “La primera vez que vi a Maa Durga en la India se me hizo impactante adorar esa imagen con tantas armas y con gesto guerrero, pero al aprender la historia de esta divinidad aprendí. Cuentan que la Tierra fue azotada por el demonio y los dioses terrenales al no poder con él clamaron al cielo por ayuda. Del tercer cielo alguien escuchó la plegaria y descendió tomando la forma de los rezos y plegarias que le enviaban. Al hacerse física fue una mujer extraordinariamente hermosa, y sacó tantos brazos que necesitó conforme le fueron entregando las armas. La pregunta es ¿por qué mató al demonio si ni siquiera de aquí era?, simplemente por amor”.

En México, en el movimiento que se da el 12 de diciembre, con la Virgen de Guadalupe, hay un estribillo en náhuatl que dice: “si ya me quitaron mis dioses, mi letra, mi tierra, ya no tengo nada que perder”. Cuando Juan Diego tiene su primer encuentro (con la Virgen) en el Tepeyac, observa los símbolos con los que se representa: la aureola, los pájaros, las rosas, la luminosidad del manto; para ellos esos símbolos eran manifestación de Dios, y en un momento Juan Diesgo pensó que era una representación de Tonantzin, la señora dadora de vida.

A partir de ahí, las manifestaciones constantes que se dan de ella hacen prevalecer en el pueblo vencido que la divinidad no quiere que desaparezcan, que tienen que luchar. La celebración que hacemos cada 12 de diciembre es recordarnos que la Divina Madre salva a México.

“Diríjase a la Suprema Madre con la que se sienta representando y pídale que le abrace, pida lo que le ha faltado. Ella se lo dará. La más importante de las caridades de la Tierra es cuando el hombre reconoce a Dios y le ofrenda una oración, unas gracias, unas velas; estará entonces reconociendo, y la divinidad lo hará también. La Divina Madre sólo espera que usted le haga la caridad de reconocerlo y ampararlo”, añadió Alejandra Jiménez.

Alis García mencionó que en distintos países del mundo cada quien tiene a su Divina Madre, así como en las distintas épocas para la gente.

“Tal vez a usted se le enseñó a adorarla, a quererla, ofrendarla, venerarla, pero quizás también se le dijo que no existía, que no le hizo feliz, pero ahora que está escuchando tiene la libertad de adorarla, encontrarla y pedirle que sea la leona que le defienda. La Divina Madre es nuestra compasión entregada para que a nosotros se nos ame”.

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