Nalleli Calderón/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yucatán.- Expertos e investigadores en medicina del sueño coincidieron en que dormir mal y poco tiempo provoca trastornos físicos, mentales y de comportamiento, los cuales a corto o largo plazo desembocan en enfermedades graves.

La falta de sueño está relacionada con enfermedades como la diabetes, obesidad, hipertensión, lento desarrollo en el caso de niños, hasta cáncer; de igual modo, se reflejan cambios en el comportamiento como agresividad, hiperactividad, estrés y depresión, entre otros.

A través de diversos estudios se ha detectado que el cuerpo humano está diseñado para mantenerse despierto 16 horas y descansar ocho, por ende, la transgresión de dicho esquema ocasiona ineficiencia en el accionar de cualquier persona impidiéndole realizar sus actividades cotidianas de manera normal.

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Asimismo, “se encontró que muchos de los criterios diagnósticos de las enfermedades mentales incluyen trastornos en el sueño”.

De acuerdo con la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (WASM, por sus siglas en inglés), los problemas de sueño constituyen una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida de más del 45 por ciento de la población mundial.

En la actualidad, la globalización y el ritmo acelerado de la vida desarrollan este tipo de trastorno que favorece que el estrés sea parte de la vida cotidiana sin importar si se trata de niños, jóvenes, adultos o adultos mayores.

Los niños de hoy día, desde temprana edad, viven en constante presión de sus padres, quienes creen erróneamente que al “saturarlos” con actividades extraescolares, ya sean deportivas, artísticas o culturales tendrán mejor desarrollo; sin embargo, ocurre lo contrario, ya que les altera su ciclo del sueño e inhiben su proceso de crecimiento y tallas.

Se sabe que los principales distractores del sueño son la televisión y el internet, así como el uso de teléfonos celulares, dispositivos electrónicos que muchas veces los niños se llevan a la cama antes de dormir, causando severo daño al cerebro.

Al respecto, el titular estatal de la Secretaría de Salud, Jorge Mendoza Mézquita, calificó como “ignorancia” que en el caso particular de los padres de familia no se den cuenta de que sus hijos viven sobresaturados, estresados y con depresión, debido a que hacen lo posible para ser competitivos y brillantes en un mundo difícil, pero a costa de su salud.

Lamentó que no existan suficientes estudios que visualicen el panorama a nivel nacional, ya que cada vez es más tangible en la sociedad actual que los niños a temprana edad desarrollen enfermedades cardiovasculares y depresión.

“Cuando se hacen los interrogatorios, nos damos cuenta de que los niños están sometidos a mucho estrés, sobre todo de tipo competitivo social, en donde las mamás les ejercen tanta presión con saturación de actividades, sin importar que neurológicamente no están listos para ese tipo de condicionamientos”, aseguró.

Es necesario, dijo, que con urgencia se trabaje en la creación de políticas públicas y estrategias que ayuden a crear indicadores como los que hoy día se tienen de la diabetes u obesidad en la población a fin de que en el futuro se destine una partida.