El barrio de San Sebastián (9)

En una fosa de este 'barrio bravo' se habría sepultado el puñal que usó el asesino del gobernador Lucas de Gálvez.

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Esta es una escuela para niñas que funcionó a principios del siglo XX en el barrio bravo de San Sebastián. Actualmente alberga a la preescolar María Antonia Ancona. (SIPSE)
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Sergio Grosjean/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Esta semana continuando con nuestra serie “Mérida, pasado y presente”,  hablaremos del barrio de San Sebastián. Se piensa que el actual barrio surge como comunidad de indios desde la Colonia formando, de esa manera, parte de los barrios de segunda generación en la ciudad de Mérida junto con el de Mejorada y el de Santa Ana. 

La primera construcción de importancia del rumbo es el templo católico que surge bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción,  modesta al principio, ya que fue una humilde ermita rústica y de las primeras en ser edificadas por los españoles recién asentados a mediados del siglo XVI, pero como resultado de diversos trabajos transformó su fisonomía, y entre las más importantes se pueden señalar las realizadas en 1906, o la intervención de 1941 ordenada por el Pbro. D. Anastasio Zapata, quien mandó levantar la torre sur, siendo ésta la última mejora material importante. 

Muy cerca se encuentra una pequeña ermita que fue fundada por un vecino de apellido Gonzales de Ledezma que la edificó de su propio peculio trasladándose a vivir en ella como ermitaño. Según la obra histórica “El asesinato del D. Lucas de Gálvez”, el Lic. Don Juan de Dios Pérez Galaz, en un solar baldío de San Sebastián, hubo una fosa previamente cavada donde fue sepultada la cabalgadura, el traje de mayordomo y el puñal que usó Manuel Alonzo Menéndez después de asesinar al gobernador Lucas de Gálvez la noche de 22 de junio de 1792, quien tenía 53 años.

Curiosamente fue este el mandatario quien en 1790 abrió el Camino Real a San Francisco de Campeche que partía de San Juan cruzando por la ermita de Santa Isabel atravesando todo el barrio de San Sebastián. 

En los albores del siglo XIX existió en la calle 71 una tienda de abarrotes de un señor González que se llamó El Elefantito y en la esquina estuvo la famosa fábrica de cigarros La Nacional de D. Gregorio Grajales. En la calle el cruce de la calle 73 también hubo una tienda del mismo giro denominada El Clarín que fundó en 1900 D. Fernando Castillo. 

En el predio número 615 de la calle 64 que conforma la punta diamante existe una placa de mármol con la leyenda: AL GRAL. MANUEL CEPEDA PERAZA QUE EN LA ÉPOCA ACIAGA DEL II IMPERIO FRANCES-AUSTRIACO HIZO DE ESTA HUMILDE MORADA LA CUNA DE LA REVOLUCIÓN REPUBLICANA DE 1867, DEDICADA ESTA LÁPIDA CONMEMORATIVA EL CÍRCULO DE ESTUDIANTES DE ESTA CAPITAL, MÉRIDA MARZO 3 DE 1888.

Escuelas

Por ahí del año 1905, la plazuela que antecede a la llamada punta diamante fue llamada oficialmente Plazuela Cepeda Peraza. A principios de siglo XVIII existió en la calle 75 cruce con 64-A un predio marcado con el número 509, en el cual D. Manuel Arjona tuvo establecida una pensión con servicio de bar y restaurante; tenía igual un escenario donde actuaban compañías teatrales. Este lugar se denominó El Harem. Este sitio, a principios de los años treinta se había convertido en una casa vecindad hasta su demolición en los años 70-80.

Desde 1901 existía en el costado poniente de la misma plaza, sobre la calle 72, una escuela de varones conocida como escuela de San Sebastián, y el 1 de setiembre de 1907, durante el gobierno de D. Enrique Muñoz Arístegui, es inaugurado en el predio número 481 de la calle 66 cruce con 73, en la esquina conocida como “El Tulipán” un colegio particular para niñas que se llamó “Pestalozzy”.

Nos narra el ilustre Montejo Baqueiro en su trabajo “Mérida en los años veintes” que vecinos del rumbo y en particular el médico Domingo Couoh Vásquez, propietario de la botica de San Sebastián, ubicada en la calle 75 y 70, le contó  que las tropas del Gral. Salvador Alvarado entraron en Mérida el 19 de marzo de 1915 por la calle 81, camino del cementerio hasta su cruce con la 70, esquina conocida como “La Guerrera” siguiendo al norte rumbo a San Sebastián hasta la calle 75 en la esquina de “La Prosperidad”, haciendo alto para informase del camino más corto al centro de la ciudad.

Panuchos para el General

Se dice que en el año de 1906, en la esquina de la calle 68 y 65, se establece en un predio humilde un tendejón de abarrotes denominado “La Flor de Mayo”. Este funcionó hasta 1911 luego de fallecer su propietario, Sr. José de los Santos Mendoza. 

Debido a ello, su viuda tuvo que dedicarse a la venta de panuchos por lo que instaló en su domicilio una modesta fonda a la que le acuñó el mismo nombre de la tienda de su difunto marido. Se comenta que el mismo Gral. Alvarado solía cenar en la fonda charlando amigablemente con su propietaria.

Entre 1916 y 1926 se establece en la esquina de la calle 75 y 66 una tienda de abarrotes y panadería denominada “El Triunfo”, propiedad del comerciante español D. Diego Domínguez, así como también otra tienda de abarrotes denominada “La Guayabita”, de Don Atanacio García. 

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Mi correo es [email protected], y twitter @sergiogrosjean.

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