Obras relevantes de Mérida

Ojalá y la sociedad se una para buscar el beneficio común.

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Magnífica la entrada de La Ibérica, restaurada hace algunos años. (Sergio Grosjean/SIPSE)
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Sergio Grosjean/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hace un par de días, gracias a la voz de alerta de nuestro amigo, el Dr. Jorge Victoria, muchos yucatecos levantamos la voz en contra de una acción por parte del ayuntamiento de Mérida que tontonamente pretendía cristalizar y que, sin duda, hubiera sido dañina para la desgastada imagen de nuestra ciudad. Me refiero a las antiguas viajes de tranvía que se están levantando en la calle 66-A con 63 y 61. Por fortuna, se nos ha informado que serán nuevamente reinstaladas.

Me da mucho gusto que esta administración haya escuchado la voz de los expertos y reconsiderado su plan. No puedo decir lo mismo de la nefasta administración de Angélica Araujo que se encargó de arrasar con sinnúmero de elementos arquitectónicos del Centro Histórico cuando dilapidaron muchos millones de pesos al hacer la supuesta remodelación que resultó un verdadero desastre en toda la extensión de la palabra.

O como en la también cuestionada administración de Renán Barrera Concha, cuando El Pocito, ubicado en el cruzamiento de Circuito Colonias con El Cohete, fue sepultado. Lo curioso del caso, es que anteriormente a este evento se intentó demolerlo y los vecinos se opusieron. Finalmente, en esta última ocasión, el alcalde, que curiosamente vivió  su infancia a unas cuadras, no solo no hizo algo para oponerse, sino que su administración otorgó el permiso para demolerlo. 

Ojalá y la sociedad se una para buscar el beneficio común, como fue el caso de los españoles residentes en Mérida y La Ibérica que  fue una quinta que adquirió la comunidad española, asentada en Yucatán, quienes a principios del siglo XX  habían fundado “El Centro Español” con la intención de unir a los españoles residentes en el estado y proporcionar asistencia, entre la que destacó el servicio médico.

Originalmente se prestaba en el Hospital O´Horán a través de las contribuciones que le aportaba la asociación a dicha clínica, hasta que en septiembre de 1917 adquirieron una quinta ubicada en la calle 82 con la intención de construir su propio sanatorio, pero como resultó muy pequeña decidieron comprar una propiedad llamada “La Arcadia”, al tiempo que se acordó llamarla La Ibérica. En dicho predio reconstruyeron la casa de mampostería que poseía y se edificó una majestuosa portada al estilo colonial español. Años más tarde, luego de ser expropiada y abandonada, hoy es sede de un centro cultural y de otras disciplinas.

Necesitamos unirnos como sociedad para defendernos de los malhechores, y las redes sociales deben ser usadas para ello. Un ejemplo reciente que fue ventilado en el whatsapp y facebook, nos puede ejemplificar la utilidad de estos medios, mismo que transcribo literalmente como me fue comunicado: 

“¿Se acuerdan que estuvo circulando por las redes de un tipo guapo extranjero o se hacía pasar por extranjero, que decía que tenía unos perfumes y ya que los olías te duerme y te asalta?  Bueno,  me acaba de pasar, y en la puerta de mi casa. Estaba en mi camioneta estacionada, y en un parpadeo apareció un coche blanco y el individuo que conducía bajó su ventana y me dijo de coche a coche que tenía un lote de perfumes. Que se iba de viaje y que no los necesitaba. Gracias a que una vez leí que eso le había pasado a una persona, le dije que no quería nada. El me dijo que no era para venderme solo quería que lo oliera y si me gustaba me lo regalaba. Reaccione agarrando mi teléfono para tomarle fotos y llamar a la policía. Pero cuando vio que agarré el teléfono se fue. No alcance a ver sus placas ni qué marca era el coche. La verdad me puse ligeramente nerviosa. Pues bueno, narro mi testimonio para que estén enterados que sí es verdad y que estén alerta. Circúlenlo por favor. Gracias”. 

Mi correo es [email protected] y twitter @sergiogrosjean

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