El Ilustrador: Yucatán y Mérida en reversa

En nombre de la modernidad se está transformando a pintorescos poblados en espantosas moles de concreto y fierro.

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Las modernas construcciones en nada se parecen a las viviendas de los pueblos mayas. (SIPSE)
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Sergio Grosjean/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hace poco, mientras realizábamos una investigación acerca de la “Cruz Parlante”; icono que surgió durante la llamada guerra de castas o guerra campesina, tuvimos la oportunidad de visitar un paraje de aproximadamente 600 habitantes llamado Tixcacal Guardia, situado en el municipio de Felipe Carrillo Puerto.

Este particular sitio es uno de los poblados de la península que todavía conserva su antigua organización militar maya implantada en el siglo XIX a raíz de la citada guerra, siendo que su misión es custodiar una de las cruces que sirvieron para inspirar y motivar a los mayas insurrectos a resistir al enemigo blanco o “dzul”.

Al llegar, nos maravillamos al observar que todavía se conservan decenas de chozas tradicionales mayas manufacturadas de paja y bajareque. El espectáculo fue tan fabuloso, que me hizo viajar por el tiempo y recordar mi niñez, cuando, en compañía de mi familia visitábamos diversos poblados y observábamos que el paisaje pueblerino era dominado desde la periferia por este tipo de edificaciones, y ya posicionados en la plaza central, señoreaban antiguas construcciones erigidas desde la colonia hasta principios del siglo XX.

Pero, esos ya solo son bellos recuerdos, pues ahora, ante la modernidad todo ha cambiado y sin duda, estéticamente vamos en reversa.

Las casas de paja desaparecieron para ser sustituidas por feas construcciones de cemento. En muchos poblados, el parque central, es decir, frente a la iglesia principal, donde antes era un área descampada, ahora, se han instalado espantosas estructuras de acero que alberga alguna cancha. 

La antigua armonía

No estoy en contra de la modernidad, pero la contrariedad es que esta nueva época se está transformando a pintorescos poblados en espantosas moles de concreto y fierro. Y me pregunto ¿Acaso no se preguntaron cómo luciría esa morrocotuda estructura de metal frente a una vetusta y bella iglesia colonial? ¿Por qué no construyeron instalaciones que embellezcan al poblado en vez de afearlo? Si ahora queremos tomarle una fotografía de frente o por atrás al templo, la imagen saldrá aderezada con una grotesca estructura de acero. 

Estoy de acuerdo que todos los poblados necesitan ese tipo de instalaciones, pero ese no es el lugar adecuado para colocarlos, y ojalá las autoridades municipales y estatales se coordinen y utilicen al menos a algún (a) arquitecto (a) que tienen casi todas las secretarías de gobierno para realizar los diseños y definir ubicaciones -ahhh, y que por cierto, muchos (a) no sirven más que de figura decorativa-.

Posicionándonos en la ciudad de Mérida, y observándola en retrospectiva, se percatarán que vamos en decadencia. 

Les invito a que visiten la página web de la fototeca “Pedro Guerra” y les aseguro que quedarán maravillados con la Mérida de principios de siglo pasado. Las edificaciones que se manufacturaron por aquellos tiempos fueron realmente hermosas, y no se escatimó; se construyeron casas y edificios de diversos estilos arquitectónicos con gusto exquisito. 

Por desgracia, gran parte de las bellas construcciones fueron demolidas para ser reemplazadas por horribles cuadrados de concreto. Hoy ya poco se puede hacer para remediar esa pérdida, pero lo que sí podemos hacer, es regular las nuevas construcciones, al menos las que se ubican en las zonas que pueden ser atractivos turísticos.

Ejemplos hay muchos, y por ejemplo, a unos cuantos metros del Monumento a la Patria se erigieron hace poco dos hoteles: el que edificó sobre el Paseo de Montejo quedó atractivo a la vista, pero el que se hizo atrás del mismo Paseo, es un incipiente bloque de concreto, que con un poquito de criterio, gusto y con la misma cantidad de dinero se pudo haber fabricado algo encantador.

Legalmente están en su derecho de hacerlo, y así lo hicieron, y para allá vamos, ya que es necesario que el ayuntamiento de Mérida revise su reglamento de construcción, intentando que las nuevas edificaciones embellezcan el paisaje urbano.

El problema de la estética es que todos piensan que tienen buen gusto, pero seamos sinceros, si se continúa autorizando edificios de ese tipo, seguiremos retrocediendo estéticamente hablando, y cada día Mérida será menos atractiva visualmente.

Mi correo es [email protected] y twitter @sergiogrosjean 

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