El suelo y del cielo para los mayas

La tierra es una especie de saurio hambriento, como un caimán que flota...

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La tierra es una especie de saurio hambriento, como un caimán que flota sobre un enorme estanque. Es la fuente de fertilidad, de nacimiento y de muerte. Los dioses mayas de la tierra son de naturaleza humana, con características de una anciana y un reptil. Los Pahuahtún son las erguidas columnas de piedra sobre las que descansa la tierra. Éstas son deidades relacionadas con los puntos cardinales, las lluvias y los vientos.

El Puuc es la región que representa a ese gran saurio en donde se encuentra una enorme riqueza ecológica; es un distrito que da lugar a la evidente formación de valles que se ven interrumpidos por el relieve de la serranía y cerros aislados (uitzes), que en su conjunto dan lugar a una diversidad de suelos.

Los suelos permiten el crecimiento de plantas utilizadas con distintos fines como la alimentación, la medicina y la edificación. El manejo del suelo también permitió su transformación, favoreciendo la construcción de reservorios que fueron elementos clave para el desarrollo de los centros urbanos y el logro de una arquitectura clásica regional.

Los mayas que fundaron Uxmal conocían a la perfección el mapa celeste y la posición de los astros. Esto fue de gran ayuda para predecir la ministración del tiempo y programar las labores agrícolas, la cuenta del tiempo, el calendario y la traza urbana de la ciudad.

La Vía Láctea o Gran Sacbé fue una de las representaciones astronómicas cuya configuración en la latitud de Uxmal inspiró la construcción del “camino blanco” o sacbé entre Uxmal y Kabah, cuya manifestación en el cielo de Uxmal se encuentra en las inscripciones glíficas del Palacio del Gobernador.

En estas latitudes, durante el mes de marzo, se observa a la Vía Láctea desplazándose de Sur a Norte. Hacia el Norte, en esas fechas, vemos la constelación de Orión que los mayas conocían como “Siete Guacamaya”, muy probablemente debido a las siete estrellas que configuran la Osa Mayor. Hacia el costado sur de la Vía Láctea vemos la constelación de Escorpión, que los mayas representaban de la misma manera que los europeos.

Durante el mes de marzo aparece el Gran Sacbé en el cielo de Uxmal, es cuando se anuncian el equinoccio y la bajada de Kukulcán, lo que señala el final de la época de sequía y la llegada de las primeras lluvias. De este modo, la aparición de Escorpión anuncia la bendición del agua.

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