'Como pintor nada me duele'

El arte a llevado a Ermilo Torre Gamboa a varios lugares, sus cuadros también han viajado y su profesión le ha regalado satisfacción y experiencias.

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A sus 89 años, de los cuales 82 lleva creando, se percibe como un “aprendiz de pintor”. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Ojos de mar, corazón de acero, dedos de luna, sonrisa, voz apacible, algunos elementos de la figura del maestro Ermilo Torre Gamboa, un “Aprendiz de pintor” como él se percibe, pero con más de 80 años dedicados al arte pictórico.

“La pintura es mi vida”, expresa como frase que define, sin duda, la dedicación y amor del artista yucateco.

No se imagina en otro oficio porque la pintura lo mantiene vivo, sano, feliz y en constante reto para seguir creando, explorando diferentes estilos, temas y técnicas. 

A pesar de tener una vida dedicada a la pintura, sólo un miembro de su familia se interesó en continuar el legado heredado de su tío abuelo, el ilustre pintor Juan Gamboa Guzmán. Se trata de su nieto Jorge Ermilo Espinosa Torre, talentoso joven que ya tiene una colección de reconocimientos y premios de talla nacional e internacional, y por quien siente una profunda admiración.

Vocación temprana y perpetua

“Cuando estaba en el colegio prefería dibujar todo el tiempo que hacer mis tareas”, admite el artista al recordar que a sus siete años ya creaba figuras y paisajes, que sus maestros colgaban con orgullo en los salones. 

Su tenacidad en la pintura, como vocación descubierta desde niño, lo llevaron a estudiar en el Centro de Bellas Artes en Mérida, y a los 17 años, al revelarle a sus padres que deseaba ser pintor para toda su vida, a su familia no le quedó opción que verlo partir para estudiar en la Academia de San Carlos en la Ciudad De México, luego en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” y más tarde en la Academia de San Fernando, en Madrid.

Posteriormente, durante tres años, se dedicó a visitar museos y galerías de las ciudades de Madrid, París y Florencia, donde hizo decenas de copias de cuadros de los genios universales de la pintura y definió su estilo como gran creador de retratos.

“Mi proceso creativo es casi espiritual porque llega de pronto; como inspiración divina una idea invade mi mente con colores y figuras"

Su primera exposición individual, a su regreso en Mérida en los años 50’, tuvo lugar en su casa, en una galería improvisada entre la sala y el comedor, donde familiares y amigos constaron su talento.

Más de 55 exposiciones individuales en Mérida, Madrid, Toledo, San Antonio, Minessota, Cuba y Ciudad de México forman parte de su amplia trayectoria.

A sus 89 años, de los cuales 82 lleva creando, se percibe como un “aprendiz de pintor” y así lo expresó en un autorretrato en el que aparece con su característica vestimenta de playera, pantalón y gorra, escuchando con atención a sus maestros: Rembrandt, Miguel Ángel, Rafael, Leonardo da Vinci y Velázquez.

¿Enseñar pintura o vivir pintando?

“Siendo pintor no me duele nada, el único dolor que me ha dejado es del corazón”, expresa con una sonrisa, recordando que en su vida ha sufrido de tres infartos que no lo han alejado de su mayor pasión, pero que lo limitaron a seguir impartiendo clases.

Durante 50 años fue maestro de generaciones de pintores, hasta el último ataque, cuando el doctor le puso el ultimátum: la docencia o seguir pintando, por salud prefirió su amada pintura.

El arte lo ha llevado a varios lugares, sus cuadros también han viajado y puede decir con orgullo que su profesión le ha regalado satisfacción, amigos y experiencias que no podría vivir en otro oficio.

Proceso creativo

Su pincelada suave y precisa ha inmortalizado reinas de bellezas, obispos, gobernadores, rectores, a su familia, personajes de la sociedad yucateca y conceptos que va explorando para su representación en el lienzo.

Con una formación basada en clásicos, un encuentro con los exponentes contemporáneos de la época durante su paso por España y el auge de la pintura de Picasso y Dalí, creación continua y exploración por diferentes técnicas, su obra se ha configurado hacia varias direcciones, sin perder su estilo; él mismo señala: “cuando ven mis cuadros, dicen, éste es de Torre Gamboa”.

En su obra destacan piezas de estilo figurativo, realista, abstracto, hiperrealista y hasta técnicas mixtas,  muestra de su constante actualización.

Trabaja toda la semana desde las ocho de la mañana, toma un descanso y retoma la pintura por la tarde, así transcurren sus jornadas de color. 

A pesar de que la pintura puede ser un estilo de vida, es difícil vivir de la venta de cuadros; por ello aconsejó a las nuevas generaciones a formarse y buscar su identidad. 

Perfil
  • Ermilo Torre Gamboa nació en Mérida, Yucatán, el 10 de marzo de 1924. 
  • Es descendiente del pintor Juan Gamboa Guzmán, cuyo nombre lleva la Pinacoteca del Estado.
Trayectoria
  • Sus primeras lecciones de pintura las tomó en Mérida de la maestra Ana Gutiérrez de Cano y el maestro Gregorio G. Cantón.
  • Recibió la Medalla Yucatán en 2000 y ha sido objeto de innumerables reconocimientos de instituciones culturales, educativas y organizaciones no gubernamentales.
  • Maestro de generaciones de pintores, que a su vez se han convertido en maestros.

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