Odiaba que le tomaran fotos; hoy es una fotógrafa en ascenso

Marisol Chapur Dájer aconseja arriesgarse y siempre estar dispuesto a aprender.

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Marisol Chapur, una jóven fotógrafa emprendedora que ya ha alcanzado varias metas. (Jorge Acosta/Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Su rechazo a salir en las fotografías, la condujo a su primera cámara, fue así como Marisol Chapur Dájer desde los nueve años descubrió su gusto por capturar vida y tras estudiar la carrera de Ciencias de la Comunicación, encaminó su labor a la fotografía profesional como proyecto personal y oportunidad de negocio.

Actualmente con seis años trabajando con su nombre como marca de su empresa de fotografía, está especializada en imágenes de recién nacidos y niños. 

Sus primeros trabajos comenzaron por recomendación y gracias a las redes sociales se dio a conocer de inmediato a diferentes clientes.

Como emprendedora considera que resolver los temas legales desde el inicio es crucial para comenzar con el pie derecho y estar abierto al aprendizaje es la clave para mejorar y distinguirte en la competencia. 

¿Cómo encuentras en la fotografía tu proyecto de vida y oportunidad de negocio?

Por una cámara que me regalaron mis papás cuando tenía 9 años, porque no me soportaba que me tomaran fotos y me la dieron para que me gustara, pero me encantó más tomarlas. 

Cuando crecí entré a estudiar Ciencias de la Comunicación (en la Universidad Anáhuac Mayab)  donde aprendí las bases, tomé cursos extras y no pensaba dedicarme a eso aún. Me fui un semestre al extranjero a estudiar y cuando regresé fui a trabajar a Cancún en zona hotelera en el departamento de fotografía de bodas y pude observar  que al haber tantas, los fotógrafos no le ponían tanta dedicación, entonces los motivé haciendo concursos y se animaron. 

Llamé a un maestro para un curso para el equipo y uno personalizado para me actualizara en el uso de la cámara. Luego viajé a la India y ahí ante tanto color, la gente, me emocioné y cuando volví me salí del trabajo y regresé a Mérida para comenzar una carrera como fotógrafa. Al inicio tomaba fiestas infantiles, a mis sobrinos, incluso a bebés recién nacidos, al principio me dio mucho miedo y seguí intentando.  Los modelos fueron los hijos de mis hermanas, y eso  me dio a conocer, primero entre sus amigas y luego a otros, esto también por el alcance que tuve en Facebook, primero con mi perfil personal y luego fan page.

¿Cómo fuiste delineando tu estilo?

Al principio además de las fotos de niños y recién nacidos, hacia fotos de lo que me pidieran: arquitectura, comida. Luego fui a un curso a Estados Unidos allí mi maestra me aconsejó dedicarme a un solo tipo de foto para que pudiera afinar la técnica. Llevo dedicada a la foto desde hace 8 años, pero dedicada como negocio y con mi marca, seis años. 

Es importante formarse constantemente, creo que siempre hay algo que aprender y se debe tener la humildad para reconocerlo, eso te puede ayudar mucho en la vida para ser mejor, porque cuando crees que ya sabes todo, ahí empiezas a ser la peor. Empiezas admirar a fotógrafos y te inspiras. He tomado cursos con Sergio Aristi, Daniel Aguilar, leo mucho, veo foto, diseñadores, fotografías en redes sociales, arte, voy a museos de arte moderno, todo nutre la mirada.

¿Cuál consideras que es tu ventaja competitiva?

Mi estilo, cándido, espontáneo, claro, luminosas, juego con los tonos, la gente identifica mi fotografía y en cuanto elementos de la imagen, menos es más.

¿Cómo resolviste el tema de la inversión, cuándo viste que la fotografía era además de tu pasión una oportunidad de negocio?

La primera cámara que compré fue con mis ahorros, luego trabajé en una revista que se llamaba Dádiva con Rebeca Azarcoya, con quien aprendí la perfección que debía tener cada foto. Con eso ahorré para la siguiente cámara, luego vendí la primera y compré otra, siempre trato de quedarme con una extra por cualquier cosa.  

En la parte del estudio me ayudó mi papá prestándome el espacio en una casa que no se estaba utilizando y ahí me instalé y actualmente ya lo amplié para tener mejores instalaciones para las fotos y clientes. Mis padres y mi esposo son parte esencial de mis satisfacciones en el trabajo. Mis papás me dieron lo más importante en cuanto educación y mi marido, por entender el rol de mamá trabajadora.

¿Cómo fue tu proceso de entrada con el mercado yucateco?

Estoy agradecida que la gente le dé el valor a la fotografía; al principio cada vez que hacía un trabajo a veces pensaba que no me iban a contratar, pero me llamaban. Siempre reconocí el valor de mi trabajo y no permití el regateo, uno debe reconocerlo, si te muestres seguro. 

¿Qué tan importante fue para ti cuidar los aspectos legales para emprender?

Muy importante, desde inicio me asesoré con abogados para el registro de marca, derechos de autor y tengo un buen equipo administrativo. 

¿Cuáles consideras las lecciones más importantes que has aprendido hasta ahora?

Ser ordenado, especialmente en la contabilidad, las cuestiones legales, dejarlo resuelto para seguir con lo que más te gusta y nunca perder la humildad para estar abierto al aprendizaje, también ser autocrítico para progresar.

¿Qué consejos compartirías con emprendedores que como tú buscan una oportunidad de aportar con su talento?

Que se arriesguen, confíen en su trabajo y nunca dejen de aprender.

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