En mente cerrada... no entran moscas

En definitiva una mente cerrada no deja entrar absolutamente nada y siempre...

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En definitiva una mente cerrada no deja entrar absolutamente nada y siempre anda poniendo pretextos para no dejar penetrar no solo conocimientos nuevos, sino tampoco creencias, juicios y acciones que nos permitan mejorar como seres humanos. La mente es un arma poderosa que así como nos puede ayudar a cumplir nuestros sueños, nos puede hundir en el hoyo más profundo del abismo. Te puede costar algún tipo de trabajo lograr aceptar nuevas ideas, pero, cuando tu mente se cierra, en definitiva se complica todo lo demás. Sin embargo, debemos poder captar cuando traemos la mente cerrada y trabajar en poder abrirla para hacer los cambios necesarios y lograrlo.

Aquí 5 características de una mente cerrada:

1.- Preocupación por “el qué dirán”.- Si te pasas la vida actuando dependiendo de lo que la gente piensa o diga de ti, estás perjudicado. Jamás te nacerá realizar algo que te guste a ti o que tú tengas muchas ganas de hacer. Priorizas a los demás antes que a ti.

2.- Todo es “imposible”.- Considerar algo como posible no está en el vocabulario de una mente cerrada. El considerar todas acciones difíciles o complicadas es una cosa, pero ya calificarlas de imposibles es de antemano saber que ni siquiera lo vas a intentar.

3.- El miedo es parte de ti.- No solo es parte de ti, sino que te maneja a su antojo, y en ocasiones te paraliza por completo. El miedo puede lograr ser el pretexto principal en muchas de las metas que te propongas en la vida. Lidiar con miedo no es sencillo, pero se puede actuar a pesar de él.

4.- Te inmovilizas.- El quedarte estancado en lo mismo o, como decimos, empantanados, es parte de la lista de lamentaciones que este tipo de mentes ocasiona en nosotros. Seguir adelante no es una opción viable y aprender menos. Es más fácil quedarse quieto que actuar.

5.- Tienes desequilibrio.- El enojo, la ira, la felicidad o la euforia provocan en ti facetas en las que careces de control de tus palabras y, en otros casos, hasta de tus acciones. Todos estos adjetivos no pueden lograr equilibrio, pues tu mente te boicotea porque no puedes controlarte.

Cuando logres detectar cualquiera de estos síntomas, córtalos de inmediato y busca una solución, pues tu crecimiento personal depende de ello, y tu felicidad también.

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