Encuentro con el Papa marcó su camino hacia Cristo

Luis Tut reconoce que Juan Pablo II despertó su vocación sacerdotal.

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El Pbro. Luis Alfonso Tut Tun, ahora trabaja en la Congregación de los Obispos en Roma. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Luis Alfonso Tut Tun, oriundo de Acanceh, fue uno de los cinco mil monaguillos que participaron en misa que celebró el Papa Juan Pablo II hace 20 años. 

Aquella colaboración la considera como una experiencia espiritual imborrable que se reforzó cuando acudió al encuentro de generaciones con el Santo Padre en el Estadio Azteca, el 25 de enero de 2001; pero lo fue más la eucaristía, donde se beatificó a karol Wojtyla, el 1 de mayo del 2011, cuando viajó a El Vaticano, como uno de los dos únicos sacerdotes yucatecos que ayudaron a la distribución de la comunión. 

Recuerda que aquel 11 de agosto de 1993 influyó en su decisión de convertirse en sacerdote porque prácticamente se formó durante el periodo del Papa Wojtyla. 

“Yo tenía 15 años de edad cuando vino el Papa Juan Pablo II, el 11 y 12 de agosto de 1993, era monaguillo en mi parroquia de Acanceh, venimos 150 monaguillos de mi pueblo al Salvador Alvarado, el lugar preparado para nosotros. Ahí llegó desde el aeropuerto en su papa móvil, dio la vuelta en la pista saludando a los presentes, habíamos más de 5 mil monaguillos, llenamos las gradas, la pista…fue una emoción grande, hasta las lágrimas, todavía lo recuerdo y me emociono, ver entrar el papamóvil y cómo el Papa bendecía con su mano a quienes se encontraba, pasaba tan cerca, fue una experiencia espiritual imborrable”, recordó.  

Luis Alfonso Tut Tun nació el 22 de junio de 1978 en Acanceh, es el hijo menor de don Alfonso Tut Chalé y de doña Concepción Tun, siendo el el menor de la familia. Se ordenó el 31 de julio de 2006 y el 29 de agosto del mismo año viajó a Roma para estudiar Teología de los Sacramentos en el Pontificio Ateneo de San Anselmo, durante dos años, donde Residió en el Pontificio Colegio Mexicano, regresó y en el 2009, regresó a vivir a Roma donde trabaja en la Congregación de los Obispos en Roma. 

“Tuve la fortuna de verlo cuando volvió a México en el llamado Encuentro de las Generaciones. Fue un festival espiritual y una experiencia inolvidable”, señaló. 

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