Enfermos y poseídos en hospital psiquiátrico de Mérida

Un guardia del antiguo Leandro Ayala cuenta a detalle los casos de posesión de los que se enteró que ocurrían en el hospital.

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Es difícil saber con exactitud cuántos enfermos mentales en realidad sufren de una posesión diabólica. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En el año 2000 acudí a tomar fotos en la ex penitenciaría Juárez de Mérida (ubicada muy cerca del parque del Centenario) como parte de mi materia de fotografía en la carrera de periodismo que estudiaba en ese entonces. 

Cuando salimos, una persona que estaba parada cerca de nosotros escuchó los comentarios que hicimos con relación a lo “fantasmal” que parecía el sitio y dijo: “Eso no es nada. Si consideran que en la ex 'peni' asustan, ni se imaginan lo que pasaba en el ex psiquiátrico, Leandro Ayala (ubicado enfrente)”.

Y agregó: “Algunos de los que internaban en el psiquiátrico no estaban enfermos, sino poseídos, se los puedo asegurar porque mi papá trabajó ahí de guardia varios años y veía casos increíbles, los mismos doctores lo comentaban, pero no lo podían hacer público, imagínense el escándalo en esa época, es más, quedarían mal hasta con la misma ciencia, por lo tanto tenían prohibido decirlo”.

Esta persona sabía bien de lo que hablaba porque su papá trabajó ahí y le comentaba lo que  ocurría, y por si fuera poco, su tío había laborado un tiempo en la expeni y, al parecer, aunque no con tanta frecuencia, también se daban casos de posesiones entre los presos: “por un tiempo, a mi familia le llamaban la familia de locos porque mi papá y dos de mis tíos laboraban en el psiquiátrico y en la expeni y les gustaba platicarnos ese tipo de cosas, eso si, nos pedían mucha discreción, yo, cuando estaba chico me asustaba, cuando crecí pensé que sólo nos lo decían para asustarnos, pero mi papá me dijo que él no jugaba con esas cosas y que todo había sido real”.

Por azares del destino, casi tres años después, volví a encontrarme con esta persona, quien me consiguió una cita con uno de sus tíos, el cual, casi con memoria fotográfica, me platicó en la entrevista, que duró más de cinco horas, todos los pormenores o detalles sobre los sucesos extraños y paranormales que ocurrían en estos dos lugares. 

Normalmente se piensa que una persona con síntomas de posesión demoniaca en realidad tiene una enfermedad de la mente, como la esquizofrenia, por ejemplo, y muchas veces así sucede, sin embargo, una persona esquizofrénica también puede estar poseída, según afirma la Asociación Internacional de Sacerdotes Exorcistas, que depende del Vaticano.

“Es cierto que la mayoría de personas que llegan al psiquiátrico son enfermos mentales, pero también ha habido casos comprobados de posesiones satánicas, es algo que tiene mucho hermetismo y que los doctores tienen prohibido hablar por lo delicado del asunto y más porque en la década antepasada era más tabú este tema”.

¿Entonces hay personas poseídas que internan en el psiquiátrico?

No sólo las hay sino que también adentro han quedado poseídos siendo enfermos, es decir, habían pacientes con esquizofrenia médica comprobada, pero que de pronto quedaron poseídos por el demonio, algunos sacerdotes venían aquí a hacer liberaciones, los mandaban los familiares de los pacientes, al principio no lo permitían las autoridades del hospital y se hacían “bajo el agua” o de plano, sacaban al paciente.

¿Cuál es el caso que más recuerda su papá?

“Mi padre siempre recordaba el caso de un joven de 20 o 25 años de edad, estaba joven y tomaba mucho, lo internaron porque, además, padecía esquizofrenia, pero dentro de sus delirios decía que el diablo estaba con él y lo obligaba a hacer cosas. Lógicamente no le hacían caso en el hospital y suponían que era parte de su enfermedad”.

Y agregó: “Todo cambió cuando, un día, uno de los enfermeros al entrar a su cuarto vio que estaba levitando y tenía los ojos completamente rojos, con una voz fuerte le gritó que se largara, al mismo tiempo que salió disparada una silla hacia él, como si una fuerza invisible la impulsara, él era uno de los enfermeros más valientes y salió corriendo como si hubiera visto al mismísimo demonio, aunque en realidad creo que así fue”.

“Cuando pasó el reporte, tuvieron que acudir unas ocho personas para controlar al sujeto, el cual tenía una fuerza descomunal, a pesar de que era menudito de cuerpo. Los doctores no sabían qué hacer, se salía de todo pronóstico y finalmente, aceptaron que un sacerdote hiciera un exorcismo, fueron como cinco o seis sesiones y, aparentemente, se liberó. Un demonio llamado Zabulón fue el que estaba dentro de su cuerpo y otros dos mas”.

Con el paso del tiempo, los familiares sacaron a este joven del psiquiátrico y nunca se supo más de él. Como éste, había casos parecidos, pero los doctores preferían no opinar nada, algunos se cerraban y no lo reconocían, pero en el fondo sabían que todo eso existe y es real. Un médico psiquiatra, cuyo nombre no puedo decir, sí estaba de acuerdo en utilizar las liberaciones cuando se comprobaba que tenían un caso que la ciencia no podía explicar”, finalizó.

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