Invita a su 'velorio' para ver quiénes asisten a su 'funeral'

Argumenta que un funeral en vida ayuda a superar la partida del ser querido y a preparar todo para cuando en realidad fallezca.

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¿Usted se animaría a participar en un velorio en vida? (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Hace unos días recibí una peculiar invitación y la verdad, si no supiera de quién provenía habría pensado que se trataba de una broma. No era para un cumpleaños, boda, graduación, bautizo o alguna otra celebración social que a usted se le venga en mente. Se trataba de un velorio y me la enviaba el propio “difunto”.

Cabe aclarar que no fue el alma en pena de alguna persona recién fallecida quien me hizo la invitación, sino de un amigo que está “vivito y coleando”.

¿Saben en qué se diferencia cualquier celebración social (como las arriba mencionadas) con un velorio? En que el protagonista no organiza nada ni está presente (al menos vivo) para ver todas las reacciones o situaciones que se generan a su alrededor.

Prepararse con tiempo

Y aunque para muchos puede parecer una locura, son válidos los argumentos de este amigo (de quien opté omitir el nombre). Dijo que prefiere hacer su propio velorio sin saber cuándo morirá de verdad (no padece ninguna enfermedad terminal y es relativamente joven, ya que tiene 47 años), y también para evitar el dolor y vueltas que conllevaría a su familia organizarlo cuando muera.

Pero vayamos por partes: esta persona realizará en los próximos días dicho evento de una forma muy seria, rentará un ataúd, invitará a sus más allegados amigos y familiares y él, no emitirá palabra ni comentario alguno, sólo recibirá a las personas y permitirá que den unas palabras alusivas.

¿Por qué realizará su funeral en vida?

“Quizás para muchos pueda sonar a un disparate o piensen que es una especie de burla o algo festivo, pero en realidad esto se hace en otras culturas y decidí aplicarlo de cierta forma por varios motivos: el primero es que me gustaría ver quiénes irán a mi velorio en vida, pues ya muerto a lo mejor nunca lo sabré; además, éste será mi único velorio, ya que he dado instrucciones a mi familia que el día que yo fallezca mi cuerpo sea incinerado y aventado al mar sin ningún tipo de funeral, ceremonia ni nada; es más, no pretendo que se avise a nadie de mi muerte”.

Y agrega: “Esto ya lo he explicado a las personas que invité a mi funeral en vida, y los que me conocen y aprecian irán, porque saben que no se trata de ningún tipo de burla o sacrilegio. Creo que esto que haré es la primera vez que ocurre en Mérida; supe hace dos o tres años de un caso en Guadalajara, pero creo que en un futuro posiblemente esto pueda ser más común”, dijo.

También señaló que no quiere que parezca una “pachanga” ni genere morbo, por lo que uno de los requisitos para asistir a su velorio es que no se permitirán cámaras fotográficas ni tomar fotos de ningún tipo: 

“Creo que cuando uno va a un velorio tradicional no toma fotos en la sala del funeral, por lo que en mi caso no será la excepción. Hacer todo esto creo me ayudará a crecer como persona, pues el ver a mis seres queridos en ese velorio me hará valorar aún más mi vida y creo que lo mismo ocurrirá con los invitados”, finalizó.

Cabe destacar que a esta persona la conocí hace seis años, tiene familia, un buen trabajo, es católico, sin vicios y podría catalogarse como una persona “normal”. Asistiré con gusto a su funeral y en lo personal creo que hay que respetar sus creencias y motivos para hacer este evento, el cual -estoy casi seguro- será el primero de su tipo en Mérida. Y usted… 

¿Se animaría a realizar un velorio así?

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