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MÉRIDA, Yuc.- En días pasados, entrevisté a un par de veteranos cazadores del monte yucateco: don Eladio Tun y don Federico May, ambos de Halachó, quienes comentaron que entre las vivencias y sucesos personales que más recuerdan está la de haber visto unas “esferas de luz” en montes de esta población.

“Fue hace más de 20 años, pero lo recordamos bien: fuimos a cazar como de costumbre; éramos tres personas, pues también nos acompañaba nuestro compadre Arcadio Pech, que en paz descanse. En ese entonces, mientras esperábamos al venado para tirar me subí a un árbol y de pronto vi cómo se acercaba a lo lejos una luz. Primero parecía una luciérnaga, pero conforme se fue acercando vi que estaba grande como un balón de basquetbol”, dijo don Federico.

“De pronto se movía lento y después rápido como si tuviera cierta inteligencia; se puso a mi altura y se acercó como a dos metros de mí. La verdad tuve mucho miedo, no se veía nada, sólo la luz como cuando vez un foco y te marea la vista si lo vez fijamente”, agregó.

Don Eladio lo interrumpe y dice: 

-Es verdad, yo lo vi, pues estaba en otro árbol cerca de ahí y vi cómo se movía esa bola de luz, hasta pensé en dispararle, pero me arrepentí porque qué tal si nos hacía algo.

-¿Entonces, ustedes sí creen en los ovnis y la vida en otros planetas?, preguntamos.

-Pues aunque no creamos, lo vimos y estuvo junto a nosotros esa cosa. No creo que sea algo normal, así como un espíritu o un animal o algo del monte, porque a los pocos segundos en que se me acercó se alejó como cinco metros y de ahí se fue elevando rápido al cielo hasta perderse -afirmó don Federico.

El caso de 1983

Este no es el único reporte de esferas de luz que han sido vistas en el monte; de hecho, hubo un caso famoso que ocurrió precisamente en Halachó, pero en el año de 1983:

Isidro Labrador Cab Cauich se encontraba en montes cercanos a la comisaría de Cepeda cazando venados, casi a la media noche, estaba solo, ya que sus compañeros se habían adelantado unas dos horas. En eso estaba, cuando de repente a casi 200 metros vio atravesando en el camino un objeto extraño que al principio pensó que se trataba de una camioneta, a pesar de que no tenía luces, lo logró distinguir debido a que había luna.

Al acercarse a unos 20 metros vio con asombro que el objeto era mucho más grande, prendió su lámpara y según relata vio como si fuera una casa grande; flotaba y de repente se abrió una puerta, de la cual salieron unos escalones con dos personas con una especie de candado en su nariz, mujer y hombre, con ojos y boca grande, como de 1.30 metros de estatura. Uno de ellos se acercó a él y le revisó su sabucán, de donde extrajo una botella de aguardiente y una jícara. Inmediatamente se fueron, según cuenta.

Al señor Cab Pech le entró el miedo y se fue corriendo hasta Halachó. 

Lo raro de este caso, del cual todo el municipio se enteró, es que se volvió a repetir 4 años después, pero en Maxcanú, población vecina, pues cazadores de estos rumbos también reportaron a la misma esfera con la misma descripción por al menos tres noches consecutivas, pero nunca hubo alguna prueba que lo sustente como una foto o video, aunque esto era de entenderse, pues en ese entonces no existían los teléfonos celulares con cámara de fotografía.