'Los estigmas de Bongiovani son falsos'

Un policía de Yucatán asegura que conoció al italiano y que pudo comprobar que era un charlatán.

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Giorgio Bongiovani con su estigma en la frente, el cual tiempo después “se le quitó” por completo. (Especial)
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SIPSE.com
MÉRIDA, Yuc.- Tuve oportunidad de entrevistar hace una semana a un policía de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) que se me acercó para platicar sus experiencias paranormales.

De súbito, me dijo algo aunque no él no le tomó mucha importancia podría ser muy importante para desenmascarar un gran fraude, pues afirma que los estigmas del italiano Giorgio Bongiovani son falsos.

Para los que no conocen, les diré que Giorgio Bongiovanni nació en Italia, en 1963; afirma ser la reencarnación de uno de los niños videntes de Fátima, y cuenta que en una peregrinación que hizo a Fátima en 1989 creyó tener una visión de la Virgen María.

Según él, la Virgen reveló su identidad como reencarnado y le encomendó una misión: “Difundir el tercer secreto de Fátima ocultado por la Iglesia, y revelar la verdad sobre los extraterrestres”. Poco después entró en “éxtasis” y recibió los estigmas de Cristo en sus manos (2 de septiembre de 1989), como signo de su misión.

A partir de los años noventas empezó a impartir conferencias en varios países, incluido México, y con los “estigmas” en su frente y manos (lo cual se ve impactante a primera vista) empiezó a hablar del fin del mundo, de los extraterrestres, de las profecías, etc. al grado de presentarse en programas como “Otro Rollo”, con su mensaje en el que invitaba a sus eventos.

Pues bien, en el año 2005, cuando ya había bajado un poco la “fiebre” por Bongiovani, regresó de nuevo a México y convoca a una rueda de prensa para dar a conocer sus nuevos planes.

Aquí es en donde toma protagonismo el policía que entrevistamos, cuyo nombre es Tomás:

“En el año 2005 trabajaba en el Distrito Federal, en una empresa de seguridad privada; entonces, nos llevaron a cubrir un evento de una rueda de prensa, yo no tenía idea de qué o quién era hasta que al llegar me dijeron que se trataba de un ‘estigmatizado’, pero tampoco sabía que era eso.

“Brevemente me lo explicaron y pues me sorprendí. A mí me pusieron cerca del cuarto en donde esa persona saldría y, de pronto, me dieron una botella de agua para que le entregara, pero al golpear la puerta y abrir, resulta que era el tal Giorgio tenía sus manos normales, sin sangre ni heridas, mucho menos su frente.

“El, con su cara de déspota, me recibió el agua y casi me sacó, y a los pocos minutos salió para atender a los medios y resulta que tenía vendadas sus manos con unos guantes blancos que por sus heridas, pero eso es mentira, yo vi claramente que no tenía ni siquiera una sola cicatriz en sus manos. Me fijé muy bien, creo que lo agarré descuidado.

“Se lo platiqué a mis compañeros y enseguida pensamos que todo eso era pura chafa y faramalla. Claro, no digo que ese fenómeno sea falso en otras personas, pero al menos el fulano ese sólo era truco publicitario”.

-¿No hablaron ustedes con la prensa? -le pregunté.

-Pues ganas no nos faltaron a los compañeros y a mí, pero pensamos que íbamos a tener problemas con nuestra empresa y que nos podían despedir, ya que nos habían contratado para el evento y pues lo dejamos así.

Tiempo después me fui enterando por internet de lo que son los estigmas, leí más de ese cuate, pero la verdad a mí nadie me lo cuenta, yo lo vi con mis propios ojos, él no tiene estigmas, seguro se los maquilla o algo hace para lucrar, pues también leí que cobra por sus presentaciones y que pide donativos para una supuesta fundación de niños que tiene”, finalizó.

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