En medio de aficionados a arrancones había un fantasma

Policías presenciaron una extraña presencia en una zona en donde los jóvenes solían juntarse a presenciar 'carreritas'.

|
Los aficionados a los arrancones quizás nunca imaginaron que uno de los espectadores era un fantasma. (Jorge Moreno/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

SIPSE.com
MÉRIDA, Yuc.- Hoy les presento una entrevista con un expolicía de la Secretaría de Seguridad Pública de Yucatán, quien me platicó un suceso paranormal del cual nunca había yo escuchado algo parecido:

“Mi experiencia con fantasmas data de cuando yo laboraba en la Policía a principios del año 2000, es decir, hace casi 15 años. En ese entonces como ya se habían prohibido que se hicieran los famosos arrancones un cuarto de milla en el Parque de Industrias No Contaminantes, muchos empezaron a juntarse en otro lado para hacerlas”, comentó.

“Y el sitio predilecto empezó a ser la carretera de la comisaría de Ticimul, la cual está en el Periférico sur rumbo a Umán. Ahí se juntaban los chavos con sus autos y causaban alboroto, pues aparte de lo peligroso, algunos tomaban bebidas alcohólicas en la vía pública.

“A raíz de que salió en la prensa esta situación, nos ordenaron hacer una fuerte vigilancia en ese sitio para que ya no se realizaran. A mí me tocó ir a al menos dos redadas y me dio risa recordarlo cuando hace pocos años empezaron a salir las películas de ‘Rápido y Furioso’ porque nos pasaba igualito: los jóvenes corriendo por todos lados y nosotros tratando de perseguirlos; claro, en ese entonces no había salido esa película.

“Pues cuando ya se dejaron de hacer los arrancones, de todos modos nos mandaban ahí para vigilar que no regresaran, por lo que en una ocasión, mientras estábamos en la patrulla me pareció ver a unos 20 metros de distancia a un sujeto raro parado a la vera de la carretera; no tenía facha de campesino o persona de pueblo, sino más bien era un joven con chamarra roja y pantalón de mezclilla.

Frío que calaba los huesos

"De inmediato pensé que era uno de los que hacían las carreras y que había acudido a verlas o a participar.

“Le dije a mi compañero que manejaba el auto que prendiera la torreta mientras se acercaba, pero para mi gran sorpresa justo cuando nos paramos frente a él desapareció como si se lo hubiera tragado la tierra. Me bajé, me acerqué para revisar entre la hierba y nada no estaba; de hecho, no había forma que se fuera monte adentro porque había una barda y si hubiera brincado lo hubiéramos visto desde el principio.

“Como ya casi estábamos por Periférico, a unos cien metros, retornamos para continuar de nuevo el rondín (hacia la comisaría de Ticimul) y como a 500 metros vimos de nuevo a esa persona, lo cual era imposible pues ni corriendo a toda velocidad podría haber llegado hasta ahí: fue cuestión de uno o dos minutos en que llegamos nosotros, o menos.

“Y además, estaba estático, inmóvil, viendo hacia nosotros, si se estuviera guardando la primera vez era obvio que al ver que nos acercábamos por segunda ocasión no iba a estar parado ahí a la vista.

“Pero eso no es nada, al verlo, en ese momento mi compañero ya lo vio bien, pues la primera vez sólo vio su silueta, y entonces ¡qué desaparece de nuevo! Y yo no sé si fue sugestión o qué, pero en que nos detuvimos en ese mismo sitio ambos sentimos un frío que nos caló hasta los huesos.

“Yo sólo me persigné, mi compañero se quedó callado y nos alejamos de ahí. Con el paso de los años me dijeron en la corporación que era el alma en pena de un joven al que le gustaban los arrancones y por eso estaba ahí, y que había muerto en un accidente laboral.

“Yo no sé qué tan cierto sea, pero cuando lo recuerdo con mi compañero que fue testigo de los hechos sólo me dice en broma que a lo mejor estaba protestando el fantasma por la cancelación de los arrancones”.

Lo más leído

skeleton





skeleton