El fantasma del Museo de las Momias de Yucatán

Un visitante al Museo de Santa Elena tuvo un encuentro con un ser que traspasó su sentimiento.

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Estas son las cuatro momias empacadas al alto vacío y con temperatura especial para su conservación. (Jorge Moreno/Milenio Novedades)
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Jorge Moreno/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Hoy les presento una entrevista con Omar Vélez, oriundo de Mérida y quien cuenta unas interesantes experiencias que vivió junto con sus compañeros de trabajo en el “Museo de las momias” que se ubica en el municipio de Santa Elena, al sur de Yucatán.

Al principio podría pensarse que se trata de un caso típico de sugestión, sin embargo al final de cuentas usted amigo lector es el que tiene la última palabra:

“Hace poco más de dos años fui con unos compañeros al museo de las momias en Santa Elena, allí junto a la iglesia que está en el cerro. Nosotros, en ese entonces trabajábamos en una empresa de construcción, y estábamos en obra en Ticul haciendo una carretera, y como el sábado terminamos muy tarde y el lunes había que iniciar en la madrugada, cinco de nosotros (los solteros) decidimos quedarnos el fin de semana, y como había fiesta, pues tuvimos el pretexto perfecto.

“Cuando amaneció el domingo desayunamos y decidimos ir a Santa Elena; aprovechamos que uno de los ingenieros tenía auto y fuimos a conocer el museo de las momias ya que siempre nos han interesado esos temas y ya habíamos leído en De Peso que existía ese sitio, pues antes ni enterados de ello.

“El caso es que nos la pasamos echando relajo todo el camino, pero cuando llegamos ya nos pusimos serios, pues respetamos ese tipo de sitios; entramos, hicimos el recorrido y cuando estábamos por terminar, uno de mis compañeros me dijo que vio a un señor que desapareció y que momentos antes había sentido mucho frío.

“Mi amigo estaba pálido y con los ojos vidriosos como si fuera a llorar, fue ahí cuando me di cuenta de que no estaba bromeando; salimos en ese momento y tuvo que sentarse un buen rato porque decía que se le estaba bajando la presión por el impacto de lo que vio.

Le penetró su dolor

“El dice que vio a ese señor parado cerca de donde estaban las momias y que le impactó más que el hecho de verlo lo que le vino a su mente, pues fue como si el entrara en su pensamiento y vio como ese ser fantasmal tenía mucho sufrimiento por la pérdida de su hijo, sintió un dolor como si el mismo hubiera perdido a un ser querido; todo fue en cuestión de segundos.

El afirma que es posible que se trate del alma en pena de uno de los papás de los niños-momia que están allí y que por algún extraño motivo pudo sentir todo el sufrimiento que tiene.

Cabe mencionar que las momias siempre han causado temor y miedo a mucha gente, y esto no sólo por el misticismo que las envuelve, sino por las películas sobre estos seres como las de “El Santo contra las momias” (las de Guanajuato) o la zaga de películas de Hollywood “La momia” (las egipcias) en donde reencarnan como zombies y matan a cuanta persona se atraviesa en su camino. Y ni que decir del museo de las momias en Guanajuato, en donde con tan sólo ver la apariencia de las mismas, intimidan hasta al más valiente.

Por lo anterior, queda en cada quien decidir o juzgar si lo que vivió esa persona en el museo de las momias de Santa Elena fue verídico o bien sugestión.

Hallazgo de ataúdes

Para los que no sabían de este sitio les diré que ese museo se encuentra en el centro de la población de Santa Elena, a un costado de la iglesia de San Mateo y se cuenta que en 1980 se realizaron obras para la nivelación y cambio del piso de ese la iglesia, mientras se hacía esto fueron encontrados 12 pequeños ataúdes, noticia que causó mucha expectación entre los habitantes ya que incluso una gaceta local dio la noticia con el título “los enanos de Santa Elena”.

El hecho fue reportado al Centro INAH Yucatán, efectuándose un reconocimiento en el sitio del hallazgo. Al analizar los restos se llegó a la conclusión de que no se trataba de enanos, sino cadáveres infantiles, los cuales por alguna razón no habían sufrido el proceso de descomposición de algunas partes blandas del cuerpo preservándose en estado de momificación.

De los 12 ataúdes, tres fueron trasladados al departamento forense de la Policía de la ciudad de Mérida; de los nueve restantes sólo fue posible obtener 4; los otros 5 que habían quedado en el bautisterio se enterraron nuevamente bajo el piso del mosaico de la iglesia. Por desgracia, los ataúdes fueron quemados sin que se pudiera registrar algún dato sobre ellos.

Los cuatro restantes con sus respectivos ataúdes fueron sujetos a conservación e investigación por el Departamento de Restauración del Centro INAH Yucatán, empacadas al alto vacío tal y como se conservan actualmente en el museo.

Pero, ¿quiénes eran esos niños? ¿Por qué fueron enterrados en la iglesia? Hay versiones que señalan que los cadáveres pertenecen a niños de la colonia de alemanes que se instalaron en esa población a principios del siglo pasado y debido a la costumbre de la época pudieron ser enterrados en el interior del templo. Al parecer, no se hizo un estudio a fondo para descubrir la morfología o raza de los cuerpos, los cuales se pueden ver a través de un cristal en el museo.

Hace años cuando hice la investigación, algunas personas del pueblo me comentaron que cuando los del INAH se llevaron los ataúdes a Mérida, en la iglesia empezaron a escucharse ruidos extraños. Decían que se trataban de otras momias ahí enterradas que protestaban porque se fueron los otros cuerpos los cuales podrían ser sus parientes. Otras personas que omitieron dar sus nombres por temor a las burlas dicen que incluso escucharon voces y llantos de niños en ese entonces, pero cuando las momias fueron instaladas en el museo, esto cesó por completo.

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