Reportan Ovni en Mérida

Aseguran testigos que se trató de un 'platillo metálico, azul, con movimientos erráticos que se desplazaba de sur a norte en zigzag'.

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El centro de Mérida ha sido testigo de diversos avistamientos Ovni, por ejemplo en Santa Ana y más recientemente en San Sebastián. (Foto de archivo de Milenio Novedades)
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Jorge Moreno/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- En días pasados me comentaron que fue visto un Ovni en el suburbio de San Sebastián, describiendo el objeto volador no identificado como un “platillo metálico, de aspecto azul, con movimientos erráticos que se desplazaba de sur a norte en zigzag”; sin embargo, aunque tomaron fotografías, en éstas no se distingue nada, quizás porque era de noche y el artefacto en cuestión ya se había alejado.

Este no es el primer caso que ocurre en el centro, de hecho en el suburbio de Santa Ana, ocurrió un caso con las mismas características pero hace año y medio, cuando dos estudiantes que caminaban por ese tramo vieron un objeto volador no identificado hacia el oriente ya que, según narran, estaban sentados en una de las bancas del parque y el objeto lo vieron sobre la iglesia que se ubica enfrente.

Afirmaron que se trataba de una “nave casi redonda, como si fuera una esfera, de color metálico y pequeña, eran como las 3 de la tarde cuando lo vimos, se desplazaba lentamente hacia el oriente”.

Uno de los casos que más han llamado la atención ocurrió precisamente en ese sitio pero en el año de 1992, el cual causó incluso interés nacional ya que fue publicado en la prestigiada revista “Contacto Ovni” la cual en esa época era muy leída en todo el país y en ciudades de Estados Unidos y Centroamérica.

El reportaje fue escrito por el conocido investigador Ovni a nivel nacional Luis Ramírez Reyes, quien ha escrito varios libros del tema, y señala que el reporte lo cubrió a raíz de una carta que le mandó de Mérida el aficionado al tema, Manuel Ricardo Rubio Fernández.

Y narra que fue el 11 de enero de 1992,  cuando se vio en el cielo un objeto luminoso de color rojo que viajaba a placer por el rumbo de Santa Ana y se desplazó después hacia el sur de Mérida, a la altura del cementerio general, lo que provocó gran alarma entre los numerosos testigos.

“La masa brillaba de extraña manera y se desplazaba irregularmente de sur a norte para quedar fija después de un determinado punto, como si estuviera observando algo... El reporte de diferentes personas, que prefirieron el anonimato, se repitió a diversas horas de la noche.  Y por su parte, la entonces Secretaría de Protección y Vialidad (hoy SSP) recibió informes relacionados con la misteriosa bola roja, enviando de inmediato un carropatrulla al suburbio de Santa Ana. Los oficiales constataron el avistamiento más tarde en la central policiaca”.

Sin explicación

Cabe destacar que el titular de Gerencia Regional de los Servicios para la Navegación del espacio Aéreo Mexicano con sede en el aeropuerto local, Oscar Martínez del Cerro, declaró no tener registro de ningún objeto luminoso que manifestara movimientos irregulares ese día. 

Asimismo consideró improbable que algún avión pudiera efectuar maniobras triangulares como las que se reportaron del navío de referencia. De cualquier manera, no dudó que se hubiera observado tal fenómeno, al cual, junto con otros de su tipo, no se le ha podido encontrar una explicación científica. Agregó qué, según la bitácora de vuelos de la torre de control, ninguna aeronave sobrevoló la ciudad de Mérida en ese momento. 

Enormes grabados en el césped

Por si fuera poco, al día siguiente se reportó en el puerto de Progreso que aparecieron enormes grabados circulares de cerca de diez metros de diámetro, en grandes extensiones de césped. También se pudieron apreciar tres circunferencias juntas y dos más diseminadas en áreas cercanas, aunque, claro está, no hubo una prueba contundente que relacionara esto con el avistamiento en Mérida.

Lo interesante del caso de Santa Ana, es que el señor Plinio Arroyo logró tomar tres fotografías en donde se observa el Ovni antes mencionado y la secuencia de cómo se va alejando; esto fue especialmente meritorio pues recordemos que en ese año no existían las cámaras digitales ni mucho menos los teléfonos celulares, por lo que por fortuna don Plinio tenía en el momento exacto y a la hora exacta su cámara de rollo y pudo obtener esa evidencia.

Tuvieron que transcurrir 22 años para que nuevamente en ese sitio se diera otro avistamiento, aunque ahora no hubo alguna foto o video; a lo mejor el día menos pensado puedan aparecer de nuevo y ser captados por alguno de estos aparatos.

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