Aluxes siembran el terror en la Unidad Morelos

Desde hace más de 30 años la familia de María Medina ha padecido las travesuras de aluxes que viven en un pozo ubicado en el patio de su casa.

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La casa encantada se ubica en la calle 69 por Circuito Colonias Oriente, muy cerca de la ex Fuente Maya. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En días recientes estuvimos en el fraccionamiento Unidad Morelos cerca de la ex Fuente Maya, ubicada al oriente de la ciudad de Mérida, donde la joven Virginia Palma nos contactó para informarnos lo que sucede en su casa desde hace varios años. Al llegar a su domicilio nos recibió la tía de Virginia, la señora María Concepción Medina, quien amablemente nos platicó todo lo que ocurre en su hogar.

“Tenemos más de 30 años viviendo en este domicilio, y es el mismo tiempo en que empezaron a ocurrir apariciones de lo que creemos podrían ser aluxes, incluso mi hija iba a quedarse muda por jugar con ellos, la tuvimos que llevar con un Hmen para que nos explicara qué era lo que tenía, el Hmen nos dijo que a lo mejor la niña vio algo y por esa razón estaba perdiendo la voz, de hecho ella siempre decía que hablaba con un niño, de momento veíamos que estaba platicando sola y al preguntarle con quién hablaba, simplemente respondía que con un niño.

“En una ocasión, cuando mi mamá se accidentó, me quedé sola en la casa y de repente escuché ruidos en la cocina, al asomarme pude ver a dos de estos duendecillos, eran como unos viejitos pero chaparritos, incluso mi hermana, que vive al fondo de la casa, dice que también los ha visto, pero ella asegura que son muchos, ha escuchado varios ruidos y también cuando le pegan a los perros, ella afirma que los aluxitos viven en el pozo, porque los ha visto salir de allá y además estar cerca de la cocina, lugar donde mayormente los hemos visto".

Doña María asegura que le ha costado mucho trabajo estar en este lugar, de hecho, le pidió a su mamá que vendiera la casa porque ya no soporta estar en aquí. Hace unos meses su mamá hizo una ofrenda a los aluxes y estos se calmaron un poco, pero como no se siguió realizando dicha ofrenda, las apariciones de estos seres continúan dándose. Cabe mencionar que las personas que viven en este domicilio aseguran escuchar unas voces que les hablan, dicen que esas voces son como de niños y que también escuchan que se mueven las sillas, y al verificar si hay alguien ahí, se dan cuenta de que no hay nadie.

El antiguo dueño de la propiedad, el señor Alberto Medina (qepd) era el que año tras año realizaba las ofrendas, adquirió la propiedad hace más de 30 años, y fue hasta su muerte (hace tres años) en que se dejó de hacer el ritual, posiblemente este sea uno de los motivos por los cuales han ocurrido cosas ahí: “mi papá siempre hizo las ofrendas, pero desde que murió ya no se volvió a hacer”, dijo María Concepción 

Cuando los niños que viven en ese hogar juegan en el patio, siempre ven a los misteriosos seres, pero cuando se les habla para que entren a la casa, se niegan porque, según dicen, están jugando con unos niños, y aunque la madre no los vea y diga que no hay nadie en el lugar, los pequeños aseguran que los están viendo.

Doña María afirma que en tres ocasiones ha escuchado que la hablen diciendo: “Mamá”. Un día pensó que era su hijo más pequeño, pero al voltear a ver se dio cuenta de que el niño estaba durmiendo.

Ni animales pueden tener

Los entrevistados dicen que no hay animales en la casa porque enseguida se mueren. Incluso los pequeños se enferman con frecuencia. El pozo fue clausurado hace 5 años a raíz de estas manifestaciones, pero aun así continúan.

La hija de doña María comenta: “En una ocasión cuando llegó mi papá a la casa y ya estaba harto de todo esto, salió al patio y preguntó gritando a los aluxes, ¿Qué es lo que quieren?, y de pronto el aire se hizo más fuerte y frío, a mi papá le dio mucho miedo y mejor entró a la casa”.

En otra ocasión al hijo de doña María le comenzaron a tirar piedras mientras se encontraba en el patio, cuando empezó a buscar de donde provenían las piedras, no encontró a nadie. Le empezaron a tirar piedras pequeñas, pero después le arrojaron una grande, así que lo mejor que hizo fue entrar, ya que le dio mucho miedo.

Al principio pensaron que se trataba del alma de un bebé que había perdido la nuera de doña María, pero sacando sus conclusiones, se dieron cuenta de que no era así.

Los familiares dicen que si sales al patio de noche se siente un escalofrío muy fuerte, y que cuando la abuelita vivía sola no podía salir a la cocina porque sentía un miedo que se lo impedía, era como si alguien estuviera en ese lugar.

Por su parte la joven Virginia Palma nos narró lo siguiente: “Cuando mi abuelo falleció, me quedé a vivir en esta casa con mi mamá y mi difunto tío, y mientras estaba en el otro cuarto, clarito escuché que regañaban al perro en la cocina, era una voz que no se entendía, la voz era como borrosa. Primero pensé que era mi teléfono que tenia encendido a todo volumen, pero cuando lo apagué, el regaño se seguía escuchando, solo que ahora más fuerte. Y cuando aceché por la ventana vi como cruzó una sombra corriendo, y al salir a ver que era ya no había nada ni nadie”.

Doña Mary asegura que la colonia está rodeada de varias cuevas, pues "antes solo había plantíos, nosotros éramos los últimos, de acá a Kanasín, todo era monte".

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