Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En varias ocasiones la gente antigua me ha contado que en los cementerios, en determinadas fechas, se oyen "chiflidos desde el más allá", y que éstos se escuchan porque los "finados" quieren recordarles a sus seres queridos que ellos también necesitan ser visitados aunque ya no pertenezcan a este mundo.

Es decir, las ánimas que están en las tumbas menos visitadas son las que tratan de “llamar la atención” de los que en vida fueron sus seres queridos y que por algún motivo dejaron de ir a verlos al menos una vez al año.

Ya había investigado este caso por reportes de casos ocurridos en los panteones del Xoclán y Florido (Mérida), así como en los de Tekax, Muna, Mocochá, Tekit y Sinanché, sin embargo jamás escuché nada y el equipo instalado no pudo grabarlo.

Y es que cuando se visita un panteón (y en general cualquier lugar donde se va a realizar una investigación), es muy importante aislarlo de sonidos frecuentes, no sugestionarse y estar acostumbrado a los ruidos característicos de la región, como por ejemplo: los pájaros, pues para un desprevenido o neófito en estos menesteres, el canto de una de estas aves le puede parecer un fantasmal sonido.

En el caso de los cementerios, en ocasiones, el viento ocasiona una especie de “silbidos” cuando atravieza algunos de los nichos, aunque éstos tienen características específicas que los distinguen de los “chiflidos del más allá”.

Sin embargo, dos de los testigos que me han reportado este tipo de casos son antiguos veladores y empleados de los cementerios, es decir, personas que están acostumbradas a escuchar los ruidos de sus respectivos lugares de trabajo y es menos probable que fuera una sugestión de algo que tenga una explicación lógica.

Silbido en Baca

Fue en una visita al panteón de Baca donde escuché claramente este sonido del cual hablan nuestros ancestros, muy cerca de mí, justo al  momento en que me detuve a observar una tumba. Otras dos personas que me acompañaban también lo escucharon, y quedó registrado en una grabadora de audio.

Esto ocurrió en el año 2007 mientras realizábamos varias investigaciones en esa villa debido a los reportes de sombras extrañas que se veían en el interior del cementerio.

Poco después averigüé que en ese pasillo, a unos cuantos metros de donde me encontraba y habíamos escuchado el chiflido, está enterrada una persona de apodo "Mex", y a quien por cierto sus familiares casi nunca visitan pues radican en otro lugar.

Muy posiblemente lo que escuchamos fue a lo que se refiere la gente antigua, aunque también podría tratarse de don Ramón, el fantasma que habita en ese cementerio y que en vida le apodaban “Don Pana” (al parecer porque era oriundo de Panabá), y que trabajaba como ayudante del sepulturero en ese sitio, pero por desgracia falleció y a partir de ese entonces empezó a manifestarse como alma en pena. De este caso hablamos con detalle hace varios meses en esta misma sección.