Aluxes viven con gente en casa del oriente de Mérida

Fenómenos paranormales aquejan desde hace 30 años a una familia que no encuentra la razón de lo que ocurre.

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Una familia asegura que en su casa, en el oriente de Mérida, habitan aluxes, desde hace más de 30 años. La imagen es únicamente ilustrativa. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Cuando una persona adquiere una casa, por lo general se fija en la ubicación, en la construcción, el precio, la comodidad, pero casi nunca en los sucesos extraños o trágicos que pudieran haber ocurrido con los anteriores inquilinos, y por ello, cuando empiezan a suceder fenómenos paranormales, la gente no tiene idea del motivo.

Algo parecido ocurre en un domicilio del fraccionamiento Unidad Morelos, cerca de la ex Fuente Maya, al oriente de la ciudad de Mérida, en donde la joven Virginia Palma nos contactó para platicarnos lo que sucede en su casa, desde hace varios años.

Al llegar a su domicilio nos recibió la tía de Virginia, la señora María Concepción Medina, quien nos platicó todo lo que ocurre en su hogar: “Tenemos más de 30 años viviendo en este domicilio, y es el mismo tiempo en que empezaron a ocurrir apariciones de lo que creemos podrían ser aluxes; incluso, mi hija iba a quedar muda por jugar con ellos, la tuvimos que llevar con un Hmen para que nos explicara qué era lo que tenía.

"El Hmen nos comentó que a lo mejor la niña vio algo y por esa razón estaba perdiendo la voz; de hecho, ella siempre decía que hablaba con un niño, de momento veíamos que estaba platicando sola y al preguntarle con quién hablaba, simplemente  respondía que con un niño.

“En una ocasión, cuando mi mamá se accidentó, me quedé sola en la casa y de repente escuché ruidos en la cocina, al asomarme pude ver a dos de estos duendecillos; eran como unos viejitos pero chaparritos, incluso mi hermana que vive al fondo de la casa, dice que también los ha visto, pero ella asegura que son muchos. Ha escuchado varios ruidos y también oye cómo le pegan a los perros. Ella afirma que los aluxitos viven en el pozo porque los ha visto salir de allá y además está cerca de la cocina, lugar donde mayormente los hemos visto”.

Doña María nos comenta que le ha dado mucho trabajo estar en este lugar; de hecho, le ha dicho a su mamá que venda la casa porque ya no soporta estar en ella. Hace unos meses su mamá hizo una ofrenda a los aluxes y estos se calmaron un poco, pero como no se siguió realizando dicha ofrenda, las apariciones de estos seres se continúan dando.

Cabe mencionar que las personas que viven en este domicilio aseguran escuchar que alguien los llama; estas voces las describen como de niños y que también escuchan cómo se mueven las sillas, y al verificar si hay alguien ahí, se dan cuenta de que no hay nadie.

Los habitantes de una casa en de la Unidad Morelos, en Mérida, ya se acostumbraron a vivir con los aluxes

El antiguo dueño de la propiedad, el señor Alberto Medina (qepd), era el que año tras año realizaba las ofrendas, adquirió esa propiedad hace poco más de 30 años y fue hasta su muerte (hace tres años) cuando se dejaron de hacer, posiblemente éste sea uno de los motivos por los cuales han ocurrido cosas ahí.

“Mi papá siempre hizo las ofrendas, pero desde que murió ya no se volvió a hacer”, reconoció María Concepción.

Cuando los niños que viven en ese hogar juegan en el patio, siempre ven a estos misteriosos seres. Incluso, cuando los hablan para entrar en la casa, ellos dicen que no quieren, ya que están jugando con unos niños, pero la mamá no ve nada y les responde que allá no hay nadie, pero ellos aseguran que sí y que los están viendo.

Doña María afirma que en tres ocasiones ha escuchado que la hablen diciendo: “Mamá”. Un día pensó que era su hijo el más pequeño, pero al voltear a ver se dio cuenta de que su hijo estaba durmiendo.

Los entrevistados dicen que no pueden tener ningún animal en la casa, porque enseguida se mueren. Incluso los pequeños se enferman con frecuencia. El pozo ha sido clausurado hace cinco años a raíz de estas manifestaciones, pero aun así se continúan dando.

La hija de doña María cuenta lo siguiente: “En una ocasión cuando llegó mi papá a la casa y ya estaba harto de todo esto, salió al patio y preguntó gritando a los aluxes: ‘¿Qué es lo que quieren?'; y de pronto el aire se hizo más fuerte y frío, a mi papá le dio mucho miedo y mejor entró a la casa”.

En otra ocasión al hijo de doña María le tiraron piedras mientras se encontraba en el patio y cuando buscaba de dónde provenían las piedras, no había nadie. Empezaron con piedras pequeñas y cuando le tiraron una grande lo mejor que hizo fue entrar, ya que le dio mucho miedo.

Al principio pensaron que se trataba del alma de un bebé que había perdido su nuera de doña María, pero sacando sus conclusiones, se dieron cuenta de que no era así.

Los familiares dicen que si sales al patio de noche se siente un escalofrío muy fuerte, y que cuando la abuelita vivía sola no podía salir a la cocina porque sentía un miedo que se lo impedía; era como si alguien estuviera en ese lugar.

Por su parte, la joven Virginia Palma nos narró lo siguiente: “Cuando mi abuelo falleció, me quedé a vivir en esta casa con mi mamá y mi difunto tío, y mientras estaba en el otro cuarto, clarito escuché cómo estaban regañando al perro en la cocina; era una voz que no se entendía, la voz era como borrosa.

"Primero pensé que era mi teléfono que tenia encendido a todo volumen, pero cuando lo apagué, el regaño se seguía escuchando, sólo que más fuerte. Y cuando aceché por la ventana vi cruzar una sombra corriendo, y al salir a ver qué era ya no había nada ni nadie”.

Mientras tanto, las situaciones paranormales, continúan, aunque de cierta forma la familia se ha acostumbrado a vivir con eso.

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