La Ouija le dijo algo 'que nadie más sabía'

Sonia pensó que las respuestas del objeto eran broma, pero cuando le tocó el turno a ella, descubrió que estaba equivocada.

|
La Ouija puede traer consecuencias negativas si no se sabe usarla. (Archivo/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En esta ocasión les transcribo una carta de la lectora Sonia Brito Meléndez de la ciudad de Mérida, quien narra un suceso paranormal que le ocurrió:

Hola, me permito contarles una experiencia que le ocurrió a una amiga cuando estudiábamos en la prepa pero yo pude ser testigo de todo y puedo corroborar que es real, es sobre la Ouija, ese objeto del demonio que por desgracia se vendía antes hasta en las jugueterías de los supermercados sin ninguna restricción.

Todo comienza cuando estudiaba en una prepa privada ubicada en circuito oriente de la ciudad de Mérida, mi amiga se llama Teresa, era muy aplicada y participaba en diversas actividades extraescolares; ambas teníamos 17 años cuando un día un compañero de nuestro salón organizó una fiesta en su casa de la playa en Progreso con motivo de su cumpleaños.

Como en la mayoría de esas fiestas, hubo bastante alcohol y hasta droga, por ello mi amiga, que no estaba acostumbrada a eso me dijo que si nos podíamos ir y le dije que claro, pues a mí tampoco me gustaba ese ambiente.

En eso estábamos cuando en la puerta nos intercepta el anfitrión y casi nos suplica que no nos vayamos, que lo mejor estaba por venir, pues harían algo “nuevo”; decidimos quedarnos con la condición de que no tuviera nada que ver con droga o alcohol.

Preguntas irrelevantes

Pues bien, en ese momento para la música, le pide a todos los invitados que vayan a la sala (éramos casi 25 personas) y en ese momento saca una Ouija, que según él estaba activada y podría predecir el futuro aparte del clásico contacto con los muertos.

Tres de los presentes decidieron retirarse ya que lo veían mal y no iba con sus costumbres religiosas, Teresa y yo decidimos quedarnos y eso es algo de lo que hasta hoy nos arrepentimos.

Fue así como inició la “sesión”, se acomodaron en círculo todos y tres de ellos se pusieron a jugarla, hicieron una especie de conjuro o invocación y minutos después procedieron a hacer preguntas, las cuales “supuestamente” se iban respondiendo.

Y digo supuestamente porque la verdad eran preguntas irrelevantes y con bastante sentido común las respuestas, que podría adivinar o suponer cualquiera de los presentes, hasta ese momento dudaba que un “espíritu del más allá” estuviera respondiendo. 

Letras rojas

Todos se turnaban para hacer una pregunta, y cuando tocó el turno de Teresa me dijo al oído “ahorita vas a ver como los voy a pescar en la mentira” y lanzó una pregunta que supuestamente nadie podría responder.

Entonces ella le preguntó: “¿Cómo se llamaba la primera novia de mi abuelo?” De inmediato el tablero deletreó “N-I-D-I-A”

En eso Teresa se quedó helada y empezó a temblar, se fue corriendo a la parte de afuera y fui tras de ella, decidimos irnos y no dijo una sola palabra en todo el camino por más que le preguntaba. 

Cuando llegamos a su casa nos recibieron sus papás, la notaron rara pero no dijeron nada, subimos a su cuarto y en eso pega un grito terrible al ver que en la pared estaba escrito con letras rojas y grandes ese nombre: “Nidia”. Yo lo vi, nadie me lo contó.

Por fortuna Teresa poco a poco se recuperó de su crisis nerviosa y me explicó que su abuelo siempre le contaba una anécdota sobre su primera novia, llamada “Nidia”, quien murió siendo muy joven. 

***

Teresa nunca se lo había platicado a nadie, ni siquiera a su mejor amiga, por eso se asustó tanto al salir ese nombre en la Ouija y después formarse en la pared de su cuarto; les repito yo lo vi, nadie me lo contó, quizás muchos no lo crean pero es algo que jamás en mi vida podré olvidar.

Así finaliza el relato de Sonia Brito, quien actualmente tiene 41 años de edad y le agradecemos que lo haya compartido con los lectores de esta sección.

Lo más leído

skeleton





skeleton