Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Si pregunto a usted, amable lector, si conoce el Templo Expiatorio de Nuestra Señora de la Consolación, posiblemente dirá que no y hasta pondrá cara de “¿what?”, pero qué tal si lo cuestiono usando el nombre “popular” de este sitio, es decir “la iglesia de Monjas”; ahí sí, es casi seguro que sabrá de qué lugar estoy hablando.

Hoy, en “Historias para no dormir”, presento un relato y una experiencia paranormal que vivió un lector yucateco en ese popular sitio, ubicado en la calle 63 por 64 del Centro de la ciudad de Mérida.

Don Román Ceballos Heredia, de 58 años de edad, comentó que desde hace casi una década, todos los días pasa por ahí para tomar el camión que lo lleva a su trabajo, tanto de ida como de vuelta:

“Lo que relataré ocurrió un viernes, lo recuerdo bien: a eso de las 9:30 de la noche, me había quedado horas extra en mi trabajo y cuando llegué al Centro me bajé del camión justo en la calle de la iglesia de Monjas. Estaba malo el tiempo, aún lloviznaba, ya que toda la tarde había caído una fuerte lluvia. De pronto, vi cerca de la entrada principal a una mujer vestida a la antigua, es decir, con un vestido largo, de manga larga y muchos pliegues como se usaba en la época de la Colonia.

“Me llamó mucho la atención, pues ya nadie se viste así; además de que la rodeaba una especie de pequeña luz, como si saliera de su propio cuerpo; era una mujer joven, si acaso de 20 años, a decir de su rostro.

Se esfumó en un parpadeo

“Yo estaba a unos cinco metros de distancia, caminaba junto a ella para ir a tomar otro camión y la verdad hasta empezó a latir más fuerte mi corazón, solo parpadeé un instante y de pronto esta señora desapareció.

“Me temblaron las piernas ante esta situación, pues no sabía qué había pasado, de lo único que estaba seguro es que esa señora no era de este mundo, se trataba de un fantasma y mi temor era si yo habría cargado un aire o algo malo por el hecho de haberla visto.

“Llegue muy nervioso a mi casa, pero por fortuna no me pasó nada ni esa noche ni en los siguientes días, sólo la impresión de haber visto a esa mujer fantasma.

“Con el paso del tiempo me enteré a través de un reportaje que en esa iglesia en siglos anteriores se habían suicidado al menos dos mujeres, ya que eran otros tiempos y a las jóvenes que daban 'su mal paso' las metían a ese convento y en ocasiones las hacían abortar.

“También me enteré que de otro suicido, también de una mujer, quien al ser encerrada ahí se aventó desde una de las ventanas y murió; de hecho, la ventana es una de las que dan a la calle, por el lado de la calle 63.

“Quería compartirles mi historia y estoy seguro que así como yo vi a esa mujer a lo mejor otras personas también la han visto, pues es paso de mucha gente ahí”.

Datos del templo

Hasta ahí finaliza el relato de don Román, pero como dato adicional les diré que este sitio, también conocido como “Templo de Monjas”, fue inaugurado en 1633, es decir, hace casi 400 años y es de estilo gótico. Cuando se inauguró, sus primeras ocupantes fueron las religiosas provenientes del Convento de la Concepción de México. 

Por debajo de este edificio existen los famosos túneles y pasadizos que van hasta la Catedral y a otras iglesias del primer cuadro de la ciudad, en donde, en efecto, se han encontrado huesos de bebés y fetos, lo que vendría a reforzar las versiones que señalan que antiguamente ahí en los túneles abortaban las monjas que pecaban y se metían, ya sea con sacerdotes o con otros hombres.

En la parte de atrás de este exconvento, se encuentran comercios y oficinas donde también se han reportado situaciones paranormales, las cuales podrían tener relación con lo antes mencionado.