El amigo que brindó con cerveza... desde el más allá

No es muy común, pero algunas personas llevan cerveza a los panteones para recordar a sus difuntos en sus aniversarios.

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Tiempo después de que Juan murió, sus amigos decidieron llevarle a su tumba una lata de la bebida que tanto le gustaba: cerveza. (Archivo/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Quizás el título de esta nota pueda sonar a gracia, sin embargo Martín Acevedo Chan y Josué Manrique Olmedo, oriundos de la ciudad de Mérida, aseguran que la historia que me platicaron es real.

Todo inició el 20 de diciembre del año 2014, cuando en un lamentable accidente de tránsito falleció su compañero de trabajo y amigo de muchos años de nombre Juan. Tenía apenas 26 años de edad y a los dos días celebrarían su tradicional posada navideña, en donde se reuniría (como cada año) un grupo de aproximadamente ocho amigos con sus respectivas esposas para celebrar estas fechas de fiesta.

Por desgracia vino la tragedia y Juan fue el único que faltó a la reunión, evento que estuvo a punto de cancelarse, pero sus amigos consideraron que era mejor hacer el convivio, pues quizás así lo querría el difunto compañero, quien además era casi siempre el “alma” de las reuniones, pues contaba una gran cantidad de chistes y anécdotas curiosas.

Transcurrió un año de la muerte y, hace unos días, previo a la tradicional reunión anual, sus amigos Martín y Josué, quienes por cuestiones de trabajo no pudieron ir a la misa de aniversario celebrada el 20 de diciembre pasado, decidieron acudir a verlo al cementerio (Xoclán, en Mérida) momentos antes de ir a la fiesta (la cual se hizo el día 21).

Aprovecharon que era su paso (viven por el rumbo del fraccionamiento Juan Pablo II) y entraron un rato para ver la tumba y recordar a su entrañable amigo. Como uno de ellos había comprado unos “six” de cerveza para llevar a la reunión, al cabo de un momento, sacó de su bulto una lata del líquido antes mencionado y se la dejó sobre su tumba.

Sorprendido su compañero le preguntó por qué hacía eso, a lo que el respondió que lo hacía con mucho respeto, tomando en cuenta que al difunto le encantaba esa bebida y era una forma de recordarlo y homenajearlo, pues ellos se estaban yendo a la fiesta y consideraban justo que él también festejara con su lata de cerveza.

Lata abierta

El caso que diez minutos después salieron del cementerio, pero no habían pasado ni mas que dos cuadras cuando Josué se dio cuenta que no tenía sus lentes consigo, por lo que le pidió a Martín que diera vuelta en “u” con la moto para ir por las gafas, ya que pensaba que a lo mejor se le cayó en la entrada del cementerio.

Al ver que no estaba ahí camino hacia el interior del panteón con rumbo a la tumba y se dio cuenta que los lentes estaban junto a la lata de cerveza, lo cual se le hizo muy extraño porque se veían bien acomodados y él no los había puesto ahí en ningún momento, y si se le hubieran caído, era muy poco probable que no lo hubiera escuchado y ni qué decir de la forma en que estaban acomodados.

No le dio la importancia a ello y respiró aliviado al haber encontrado sus lentes, pues eran los únicos que tenía y sin ellos se le dificultaba ver; pero al momento de voltear ya para irse, se detuvo un momento, algo había visto que le llamo la atención, regresó a la tumba y confirmó su sospecha, notó que la lata de cerveza estaba abierta.

Con cierto temor tocó la lata y se dio cuenta que esta ya estaba casi vacía, le quedaba muy poco del líquido; se lo dijo a su compañero y éste, quien había sido testigo de todo sólo se persignó. No dijeron ninguna palabra y se alejaron rumbo a la calle para irse a la reunión.

Explicación lógica

Durante la fiesta hubo un momento en que se recordó al difunto amigo y estos decidieron contar la experiencia que vivieron horas antes; quizás por la seriedad del momento y por el carácter de esos dos amigos (no son dados a hacer bromas) todos le creyeron lo que pasó.

Quizás una explicación lógica podría ser que al momento de que ellos se quitaron del cementerio alguien pasó y se tomó la cerveza, pero como retornaron en menos de 15 minutos, realmente las probabilidades de que alguien hubiera hecho eso son muy pocas.

Además, en todo caso sería más lógico que alguien al ver la lata se la llevara (junto con los lentes) y no que la tome ahí y después deje el recipiente en el mismo sitio.

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