Cruz de cabeza incomodaba a difunto padre

A poco de fallecer su papá, Lidia soñó que le pedía ayuda para borrar una cruz negra pintada detrás de su tumba.

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Doña Lidia fue varias veces al cementerio y no se había percatado de la cruz de cabeza pintada detrás de la tumba de su padre. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Muchas personas creen firmemente en los sueños y las interpretaciones de los mismos, al grado de que en ocasiones rigen su vida con base en ellos (algo similar ocurre con los horóscopos), y aunque en muchas ocasiones los sueños sólo representan vivencias conscientes e inconscientes, hay excepciones que son sorprendentes y, para algunos, hasta terroríficas 

A continuación presento el caso de Lidia, una mujer que vive en la ciudad de Mérida y que de forma recurrente soñaba que su difunto padre le pedía acudir al cementerio.

A simple vista esto podría tratarse de un sueño normal, ya que la experiencia de la muerte de un familiar cercano es lo suficientemente fuerte como para soñar diversas cosas sobre él, ya sea de cuando estaba vivo, o bien, siendo un difunto.

Pero el caso de doña Lidia, es muy peculiar, tal y como nos explicó durante la entrevista que le hice:

“Yo, actualmente, tengo 47 años. Mi papá murió hace 15, es decir, cuando yo tenía 32, y si bien es cierto que él padeció de una larga dolencia y fue desahuciado, nos dolió a toda mi familia su muerte, ya que siempre fuimos muy unidos y nunca hubo pleitos ni nada malo desde nuestra niñez.

Quejas y rezos

“Al mes y medio del funeral, empecé a soñar, casi todos los días con él, pero en mi sueño ya sabía que él estaba muerto. Me decía que se sentía incómodo dentro de su caja, que estaba muy oscuro ahí y que se sentía solo. A mí, lógicamente, me dio mucha tristeza, pero hasta ahí, pues lo único que podía hacer en todo caso era rezar por el descanso de su alma.

“Lo que me llamó la atención es que pasó casi un mes y yo seguía soñando lo mismo, y eso empezó a darme qué pensar porque si bien es cierto yo lo quise mucho y lloré su muerte, ya estaba resignada y no estaba aferrada a él, porque he escuchado que si le lloras mucho a un difunto y reniegas su muerte, éste no se va a descansar en paz.

“Lo raro del sueño es que siempre me decía que no le gustaba la ‘cruz de cabeza’ que había junto a su tumba, lo cual no sabía por qué lo decía, pero no le di mucha importancia porque lógicamente la cruz que pusimos en su tumba era de metal y estaba normal, no de cabeza; de hecho, una vez que fui al panteón para corroborarlo (el Cementerio General de Mérida) estaba todo bien.

Una cruz negra

“Para no hacer largo el relato, estuve soñando de forma recurrente lo mismo por tres meses, entonces llegó el día 15 de abril, el cual era el cumpleaños de mi papá y fuimos a verlo al cementerio, pero como éramos más de diez personas entre sus hijos, nietos y mi mamá, decidí ponerme a un costado y después, por falta de espacio, me fui a la parte trasera de la tumba. De pronto, al voltear hacia abajo, vi que en un costado de la tumba estaba dibujada con pintura negra o de carbón, ¡una cruz de cabeza!

“Era pequeña, pero lo suficientemente clara, se ve que fue hecha a mano por algún curioso y la verdad nadie de nosotros la vio porque estaba pintada en la parte de atrás.

“De inmediato conseguí un paño con agua para tapar la imagen y como no quedaba bien conseguí pintura blanca para no dejar ningún rastro de esa cruz que, seguramente, algún curioso pintó.

“Quedé muy intrigada con esto, sobre todo porque a partir de ese momento ya no volví a soñar a mi papá pidiéndome que tape la cruz de cabeza. No me cabe duda que de alguna forma fue él quien se pudo comunicar conmigo y pedirme eso. Sólo de recordarlo hasta se me enchina la piel”, finalizó.

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