Policía: Temo más a las sectas que a las almas en pena

Un agente de la SSP narra la terrible noche que vivió tras destruir velas usadas en un ritual por una secta satánica, en un poblado de Yucatán.

|
Los adoradores de Satanás pueden encontrarse en todas partes, no sólo en las películas. (Jorge Moreno/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- “De una vez te advierto que yo no creo en fantasmas”, soltó a quemarropa un policía, cuando acudí a entrevistarlo a su domicilio hace un par de semanas.

En ese instante pensé, entonces, por qué motivo me habría llamado y solicitado una entrevista para esta sección, Enigmas, y de inmediato tuvo respuesta mi duda:

“Mira, yo trabajo en la SSP (Secretaría de Seguridad Pública en Yucatán) desde hace varios años. Algunos compañeros afirman ver fantasmas y esas cosas y la verdad yo como santo Tomás, hasta no ver no creer. Lo que quiero platicarte es una experiencia que tuve con una secta satánica y a eso de verdad sí hay que tenerle mucho miedo”, dijo.

“Bueno, mi historia comienza hace casi diez años cuando patrullábamos cerca de Hunucmá y nos reportaron que en una casa abandonada con frecuencia entraban personas a tomar licor y hacer cosas extrañas. En ese momento pensé que eran 'teporochitos' a los que había que sacar; sin embargo, cuando llegamos no se escuchaba nada, pero salía una especie de humo. Hablamos y al no salir nadie entramos a inspeccionar.

“En eso vimos que en el piso de la sala había una cruz pintada de color negro junto a un dibujo de la estrella de David, así como plumas de gallinas y la cabeza de una cabra, a lo que de inmediato mi compañero se persignó y dijo que se trataba de sectas que adoraban al diablo.

Pateó las velas del ritual

“Yo solo me reí retadoramente y hasta me burlé porque nunca había creído en eso, y acto seguido pateé las velas negras que estaban a un costado y que se notaba que acababan de servir porque aún les salía un poco de humo.

“Mi compañero me dijo que no debía hacerlo, que si tocaba las velas o las cosas que estaban ahí me podía caer una maldición, pero yo sólo me eché una carcajada.

“En ese momento continuamos revisando la casa y como no había nadie, no había delito que perseguir, por lo que nos subimos a la patrulla y nos fuimos; mi compañero continuaba diciéndome que hice mal, y que por no creer y hacer lo que hice se me podía aparecer el demonio.

“No le di importancia a lo que me dijo y cuando al día siguiente llegué a mi casa me pasó algo terrible: cené con mi esposa, me acosté a dormir y a eso de las dos de la mañana me desperté asustado porque sentía que algo o alguien me estaba apretando el brazo, además de que sentía mucho calor en mi extremidad, como si estuviera junto al fuego de la estufa.

“Cuando prendí la lamparita que está junto a mi cama vi un ser horrible, con cara de monstruo, con cuernos y su cuerpo escamoso. La verdad me pegó el susto de mi vida, jamás había visto algo así; sentí que no podía hablar y estuve a punto de desmayarme. Creo que pasaron como cinco minutos, pero sentí como si fueran horas. Mi esposa ni se inmutó porque estaba dormida.

“A pocas personas les he dicho esto, y juro que no fue una pesadilla o un sueño, fue algo real; tan real que incluso fui con un sacerdote al día siguiente y me dijo que en parte el motivo fue porque me burlé del mal, y porque pateé y toqué las cosas de la supuesta secta satánica.

“El padre me dijo que el mal sí existe y eso fue lo que yo viví, pero que corrí con suerte, pues por algún motivo no me llevó ni me mató. A partir de ese entonces estoy más apegado a la iglesia y ya no he vuelto a ver a ese ser demoniaco, por eso digo que hay que temerle al diablo y no a los fantasmas”, finalizó.

Lo más leído

skeleton





skeleton