Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El martes 13 pasado, acudí al cementerio del municipio de Tixkokob para darle seguimiento a un caso que ya me ha llevado seis años… Y es que cada vez que hay un martes 13 en cualquier mes, me dedico a investigar la espeluznante y sorprendente historia real del “niño brujo”.

La historia inicia hace casi tres décadas, cuando un niño de 12 años de edad, encantado con los temas de hechicería y brujería, se entera de la existencia de un libro de brujería que decía que si se suicidaba haciendo determinado ritual de adoración al demonio en un día martes, podría renacer convertido en un poderoso brujo.

Fue tal su obsesión con ello que en poco tiempo logró juntar todos los ingredientes del ritual que el libro solicitaba: vísceras de animales, hierbas, herraduras curadas, cuarzos, entre otras cosas. 

Sus compañeros de la escuela veían primero con curiosidad y luego con asombro su obsesión para juntar las cosas, pero nunca pensaron lo que sucedería tiempo después.

Faltaban seis días para que llegara el martes 13 en que haría el ritual. En la escuela decía que ya casi era el momento de realizar su transformación e incluso hubo quienes aseguraron que se despidió de algunos de sus amigos.

Dos versiones

El miércoles 14, el muchacho no acudió a la escuela, tampoco el jueves. Había sido reportado como desaparecido desde el día 13, pero su cuerpo sin vida fue encontrado dos días después.

La necropsia confirmó que se había suicidado tomando un líquido venenoso (era uno de los brebajes con los que supuestamente luego de morir iba a resucitar), y aunque los periódicos de la época dieron a conocer la noticia de la muerte del niño, a partir de aquí hay dos versiones que no se publicaron.

Unos aseguran que el niño se suicidó en el panteón, pero antes de morir pudo levantarse y salir casi 200 metros monte adentro (donde fue encontrado ya sin vida), pero fue atacado por una serpiente venenosa; otros afirman que algo falló en el ritual y por eso no pudo revivir, y que la picadura de la serpiente fue parte del ritual. La versión más polémica afirma que resucitaría un año después, y que el ritual salió a la perfección.

Lo que es un hecho es que en los siguientes años, varios de sus compañeros de la escuela estuvieron pendientes los días martes 13 para ver si no revivía el “niño brujo” (así le apodaban) ya que por lo que les había dicho sería ahí (junto a su tumba) desde donde saldría su espíritu para encarnar justo el mismo día en que hizo el ritual, es decir en un día martes 13.

Fue real

Con el paso de los años, esta historia poco a poco se fue olvidando entre la población de Tixkokob, los papás del niño fallecieron cinco años después en un accidente y al parecer ya no queda ningún familiar del niño en ese municipio.

Tuve oportunidad de platicar con cuatro excompañeros de clases del “niño brujo” y todos me confirmaron que fue un suceso real: “yo ocasionalmente aún sueño con él y sólo de ver su cara me da un escalofrío”, dijo uno de ellos.

En los últimos años hay quienes aseguran que el niño sí pudo realizar el ritual y que los martes 13 se aparece en el panteón; desde hace seis años acudo cada martes 13 a este lugar para obtener alguna evidencia y vaya que han pasado cosas por demás extrañas.

En el 2010, nos acompañó el conocido cantante de música urbana “K-Laco” y junto con su esposa pudieron sentir la presencia de este niño: esto ocurrió cuando pasaron caminando junto a la tumba del niño, pero ellos no sabían cual era. 

Esa misma noche, dos de los integrantes del equipo de Misterios escucharon por separado como los hablaba la voz de un niño desde una de las tumbas, pero por desgracia no se grabó ni en la filmadora ni en las grabadoras de audio.

Sin evidencias

En agosto del año pasado, cayó un martes 13 y en esa ocasión hicimos una investigación pública, en donde a través de estas páginas invitamos a todos los que quisieran acompañarnos.

Hace unos días continué con la investigación, y aunque no se captó ninguna evidencia nueva del “niño brujo” no dudo que en el momento menos pensado esto pueda ocurrir; durante mi presencia en Tixkokob, dos lectores me preguntaron por qué el niño se manifestaba los días en que caía martes 13 fuera cual fuera el mes y no el día de su aniversario luctuoso: esto se debe a que el hechizo que intentó hacer era para que “reviviera” el día en que cayera martes 13.