La leyenda del perro que defendió a un bebé

Este relato es conocido a nivel nacional e internacional, pero muchos desconocen que tuvo su origen en Yucatán.

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Muchas personas honran a sus perros fallecidos debido a su nobleza. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- En el año de 1765 casi todo era monte en el estado de Yucatán. En un territorio que hoy es Ticul vivía un señor junto con su esposa en una pequeña casa apartada de la civilización, en donde también tenían un pastor alemán.

El señor y su perro casi todo el día estaban juntos, era tal el cariño al perro que era inseparables. Sin embargo, cuando la esposa se embarazó y nació el hijo de la pareja, descuidaron al perro y todas las atenciones estaban centradas en el bebé, de tal manera que el can se portaba celoso.

Un día la esposa tuvo que ir a visitar a unas amigas en el pueblo y el papá se quedó a cuidar el bebé. Sin embargo, lo llamaron por cuestiones de trabajo urgentes y en ese momento tuvo que irse con sus compañeros al monte a resolver un problema.

Dejaron solo al bebé

Como el niño dormía y pensaba en no tardar, se le hizo fácil dejarlo en compañía del perro, y pues también su esposa ya estaba por llegar. Al cabo de unos minutos regresan casi al mismo tiempo y se dan cuenta con horror que había mucha sangre por toda la casa, las cortinas rasgadas de sangre, el perro con espuma en la boca y lamiéndose las patas llenas de sangre.

Vieron que la cuna estaba en el piso, con sangre y el marido pensó que, por lo celos, el perro había atacado a su hijo, por lo que enfurecido tomó su escopeta y le disparó al perro, pero al momento de detonar el arma escuchó un llanto que jamás olvidó en toda su vida.

Era el de su bebé y al revisar detrás de la cuna vio que se encontraba sano y salvo, entonces revisó de quien era la sangre y vio que entre las cortinas se encontraba una gran serpiente de cascabel muerta a mordiscos por el perro.

Al ver esto, revisó a su perro que aullaba de dolor, pues en su pata tenía una mordedura de serpiente y eso explicaría la espuma en su boca, y por si fuera poco con el disparo que momentos antes le había dado.

Instantes después el perro murió y el señor rompió en llanto por haber asesinado a su mejor amigo, y todo por adelantarse a los hechos por suponer que había atacado a su hijo cuando fue todo lo contrario, pues lo defendió de la serpiente.

Una hermosa tumba en el monte

Por ese motivo, decidió hacer una hermosa tumba en el monte y gastó todos sus ahorros para dejarla muy bonita, de hecho en los meses siguientes la familia aseguraba escuchar los ladridos del perro y los peculiares sonidos que hacía, tanto en el interior de su vivienda como en el monte cuando el señor se iba a trabajar.

Con el paso de los años y la llegada de la civilización, se construyeron casas y por desgracia la tumba fue destruida, pero ese suceso pasó de voz en voz y de generación en generación, y es por ello que hasta nuestros días esa leyenda del Mayab prevalece.

De hecho, este suceso ha sido plasmado en varios libros a nivel nacional e internacional, y se le atribuye al estado de Yucatán su origen, por lo que es una muestra más de lo nobles que pueden ser los animales, tanto en la vida como en la muerte, ya que recordemos que la familia también pensaba que aún ya muerto, el pastor alemán continuaba cuidando al bebé.

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