Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Con el apoyo del Fonart, la Casa de las Artesanías de Yucatán entró al rescate de la orfebrería, debido a quedan menos de 20 filigraneros en la entidad, y la carencia de estos expertos iba a causar que se comprara a los artesanos de Oaxaca, aunque sus productos no tienen la fineza y el tipo de acabados que los yucatecos están acostumbrados a crear y adquirir, dijo su directora, Beatriz Peralta y Chacón.

Al respecto, expresó que la administradora del (Fondo Nacional de Artesanías) Fonart, Liliana Romero Medina y una fundación privada, trajeron a un experto que capacitó durante tres días a los 18 joyeros de esta especialidad que lograron encontrar y además de la formación se les dio un apoyo económico para la compra del material con el que elaboraron sus piezas.

Beatriz Peralta indicó que la funcionaria federal, está interesada en la conservación de los elementos culturales fundamentales de cada entidad, y en el caso de Yucatán la orfebrería fue uno los sectores que decidieron apuntalar, porque el número de artesanos de esta especialidad ha disminuido en gran medida.

“Por eso continuamos con el concurso ‘Manos con identidad’ para saber hasta dónde; así como los orfebres, se han dado cursos a otros artesanos, para enseñarlos a mejorar su producto, la calidad y el diseño, y ha sido también con el apoyo del Instituto Tecnológico de Mérida y la Universidad Tecnológica Metropolitana, estamos viendo hasta donde está llegando la calidad del artesano yucateco”, explicó.

Quienes trabajan la filigrana de Yucatán, lo hacen con hilos de oro delgados, del grosor de un cabello, lo cual permite tener un trabajo más estilizado; cuando un producto de este tipo se rompe no se puede reparar, se reconstruye; en el caso de la filigrana de Oaxaca, esta es de un grosor mayor, lo cual facilita su manejo, enfatizó la funcionaria estatal.

La filigrana es una herencia de la época de la Colonia, porque los indígenas mayas, debido a la carencia de metales preciosos no los trabajaban, se especializaron en el pedernal y la obsidiana, esculpían el jade y el feldespato; con la llegada de Francisco de Montejo, además de frailes llegaron a Yucatán plateros y orfebres que elaboraban ornamentos para las nacientes iglesias, los conquistadores enseñaron esto a la clase media y se fue extendiendo a la población, perfeccionando la filigrana.