Entrevista: Sonia Escalante le pone sazón a la vida

Chef de televisión y empresaria transportista, es una mujer que tras superar un divorcio volvió a nacer para sí misma y para sus hijos.

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“El día que yo me muera, quiero hacerlo en mi cocina en Aquí en el 2, de Grupo SIPSE, haciendo lo que amo, o trabajando también en mi oficina, en la Alianza de Camioneros de Yucatán”. (Milenio Novedades)
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Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Madre, padre, empresaria y chef son algunas de las palabras que Sonia Escalante Carrillo utiliza para definirse; una mujer que tras superar un divorcio, volvió a nacer para sí misma y para sus hijos, con la fuerza de su espíritu emprendedor y con la seguridad de que la separación fue parte de su crecimiento personal.

Hoy con el tiempo, expresa con una sonrisa que los errores y los desencantos de la vida le ayudaron a madurar para consolidarse como una de las figuras más queridas de la televisión yucateca, con su participación semanal en “Aquí en el 2” de Grupo SIPSE, desde hace 16 años, su paso por la radio y su trabajo como orgullosa empresaria de transporte.

¿Quién es Sonia Escalante?
Una mujer que lucha por sus ideales, por rescatar lo que es nuestra cultura, gastronomía, lo que nos enseñaron nuestros ancestros; una mujer sencilla, alegre, que ríe y llora como cualquier persona. Una empresaria responsable y sobre todo leal con mis compañeros.

¿Cómo fue tu tránsito hacia la profesionalización en materia de gastronomía?
Con los hijos grandecitos tuve la oportunidad de estudiar, primero porque quería cambiar el menú en mi casa, así entré al Cecati (Centro de Capacitación para el Trabajo Industrial), con todos los cursos que habían: los de galletas, panes marmoleados, rellenos, de todo.

Luego me fui a México y estudié en el Colegio del Valle, parte de la carrera; también en la Escuela de Gastronomía de la señora “Chepina” Peralta, una persona que me impulsó mucho; posteriormente en Mérida, con mi amigo José Luis Barosio, director de la Escuela Culinaria, donde también estudió mi hijo y con él, compartimos la formación. Cuando terminé, comencé a dar clases sobre gastronomía yucateca.

¿El sazón viene de familia?
Mi primera maestra fue mi madre Manuelita Castillo Carrillo, ella me enseñó mis primeras recetas y el amor por lo nuestro. Tuve una infancia bellísima, además de jugar, la cocina siempre me llamó la atención. No tuve juguetes sofisticados, así también jugué canicas, yoyo, trompo y bicicleta.

¿Cómo ha sido tu experiencia como colaboradora de Grupo SIPSE?
Maravillosa, estamos por cumplir 16 años, mi idea desde que entré a SIPSE no era hacer un programa serio de cocina, porque no quería ser una chef solamente, sino también ser ama de casa para que me identifique con el público y también con los estudiantes.

Actualmente, estoy desarrollando un proyecto en La Comadre, 98.5 FM, un programa alegre, para interactuar con  el ama de casa, con excelentes  invitados y patrocinadores, en los que se darán “tips” de cocina, los remedios caseros en los que compartimos el conocimiento de nuestros abuelos, rescatar eso, para mí es un orgullo y siempre lo haré, hasta el último día de vida.

¿Qué significa el trabajo en los medios para ti?
El día que yo me muera, quiero hacerlo en mi cocina,  aquí en SIPSE, haciendo lo que amo y trabajando también en mi oficina.  Cuando entro a la televisión pongo lo mejor de mí para compartirles la energía positiva, porque así como hay una persona sola o enferma, triste que me está viendo, así quiero que mi alegría llegue hasta ellos, porque yo también he tenido problemas y he sentido lo mismo.

¿Cómo maneja su popularidad ganada por su trabajo en televisión?
Soy una persona común y corriente, doy gracias a Dios porque el mejor regalo que tengo, además de mis padres y mi familia, es el cariño de la gente, porque me ha dado la oportunidad de tener personas preciosas y lindas. Es bello que te vean en el súper y me pidan una receta, me abrazan, me dan su bendición; cuando voy a comprar con mi hija ya sabe que me tardo horas porque platico con la gente mientras compro. Eso no tiene precio, porque el regalo más valioso que tengo es su amistad a pesar de que no nos conocemos. El que da recibe, y yo he recibido más de lo que merezco, Dios me ha dado ese privilegio y me llevo con todos, así como almuerzo en un taller mecánico un taco de chicharra, puedo estar en el mejor lugar, en cualquiera. Con la fama no hacemos nada, lo mejor es el amor. No hay que perder nunca el piso, yo soy Sonia Escalante aquí y donde sea, sólo hay una.

¿La vida tiene sus partes agridulces…?
Con mis hijos ya grandes me tuve que divorciar, las cosas pasan por algo, entonces, me puse al frente de una empresa de transporte, que me dio mi entonces pareja. Sin saber nada, porque sólo me dedicaba a la tele, radio y no tenía idea de cómo ser empresaria, salí a delante, fue difícil, pero no imposible. Antes de divorciarme, tenía la idea, como muchas cuando somos dependientes del marido, nos acostumbramos que la vida nos la resuelvan ellos, pero cuando te enfrentas a la separación tienes que volver a empezar, tomando tus propias decisiones, con tres hijos no es fácil, pero si uno tiene fe en Dios y en uno mismo puede salir adelante. La gente me decía, si te separas qué vas a hacer y pensaba tengo a Dios y me tengo a mí, además mis hijos son mi fuerza, mi motor, por ellos doy la vida, tal como lo hicieron  mis padres por mí.

¿Cuál es la mejor herencia que ha recibido de sus padres?
Nací en Dzidzantún, mis padres, que fueron gente campesina, trabajadora, me inculcaron algo muy importante: los principios y la moral, y para mí es la mejor herencia que me pueden dar, para formarme como una persona leal y honesta, pero sobre todo como una madre amorosa con tiempo de calidad para su familia. A pesar de las jornadas intensas, siempre saco tiempo de calidad para mis hijos: Raymundo Antonio, de 30 años, el chef; Judith Eneida, empresaria de una compañía de publicidad, y la más pequeña, Sonia, que tiene 11 años estudia la primaria, pero todo vale la pena. Mi tiempo, cuando llego a casa, es para checar tareas, platicar con mi Sonita, ver hasta caricaturas con ella y, con los grandes, convivir, tengo comunicación con ellos a diario y los domingos son sagrados para la familia.

¿Cómo conjuga su trabajo como chef y empresaria de transporte?
Quitándome el traje de chef en la tele, me voy a la oficina en la Alianza de Camioneros de Yucatán, para tratar con los operadores, ver que liquiden, checar pendientes con mi secretaria, verificar servicios para la Feria X’matkuil; mantenimiento, veo el transporte urbano y también el área de publicidad, con el presidente de la organización, Agustín Escalante. No tengo horario de oficina,  hay ocasiones que me levanto a las tres de la mañana y trabajo desde las 4, a las 6 llevo a mi hija más chica a la escuela, voy a comprar todo para el almuerzo, cocinar y volver a la oficina a las 9 de la mañana y salgo a veces a las 7 de la noche. Con la Feria, mis jornadas se extienden algunos días hasta la madrugada.

¿Qué mensaje compartiría con las mujeres que al igual que usted luchan diariamente para superarse?
Tengan seguridad en sí mismas, en Dios, en ellas mismas, con fuerza y voluntad para salir adelante, para luchar y que recuerden que lo que vayan hacer sea por sus hijos y ellas; no se vale que aguanten a un marido que no quieren, sólo porque dependen económicamente de 

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