¿Eres esclavo de tus ilusiones?

La persona ubicada sabe que no necesitamos casi de nada para ser felices, porque nuestra felicidad se encuentra en nuestro interior.

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En ocasiones son nuestras ilusiones de felicidad las que constituyen la fuente de nuestra tristeza y desánimo. Una muy común es la ilusión de que si sólo logramos hacer las cosas bien, nuestros problemas se alejarán y la vida será sencilla como lo es para las otras personas.

Ahora como están las cosas, nuestros problemas son múltiples y persistentes: No hay suficiente dinero, nuestro trabajo es aburrido, las relaciones son difíciles, el automóvil está muy viejo, nos sentimos solos, debemos de estar haciendo algo mal, si sólo lográramos hacerlo bien, etc. etc.

Hay que entender que no existe una manera de pasarse al lado sencillo de la calle, porque no existe tal lado. Ni siquiera las riquezas y las bellezas nos llevarán ahí. Tampoco lo hará un título,  la pareja de nuestros sueños o la jubilación del aburrido trabajo. La vida es difícil, lo ha sido desde el nacimiento y lo será hasta la muerte. Aceptar tal verdad es el comienzo de la sabiduría, es el fundamento esencial de la felicidad.

'El verdadero enemigo de nuestra paz es la ilusión de que alguna fórmula mágica nos va a solucionar nuestros problemas'. Que nuestras vidas están llenas de problemas, que los desafíos siguen apareciendo, no es nuestra culpa ni hace que nuestras vidas sean diferentes de las de otras personas, porque todos somos iguales en esto.

Otra ilusión es la idea tenaz de que debo tener algún objeto en particular que deseo para ser feliz. El matrimonio es un objetivo común. Las personas solteras desfallecen por el matrimonio. Y las casadas piensan que solteras serían más felices. Unos desean entrar y otros desean salir. Y nadie es feliz viviendo su existencia.

La vida nunca se encuentra en el pasado, el pasado se ha ido, la vida está en el presente y en el futuro que Dios siempre crea para nosotros. 

La vida es como una canción: tiene grandes momentos, pero nunca la puedes detener, de otra manera no puedes escuchar toda la canción y disfrutarla.

La persona ubicada sabe que no necesitamos casi de nada para ser felices, porque nuestra felicidad se encuentra en nuestro interior. No tenemos que ser mejores en lo que hacemos. No tenemos que ser poseedores de una casa propia. No necesitamos nuestra juventud. No necesitamos a ninguna persona en particular. Ni siquiera necesitamos nuestra salud, aunque probablemente éste sea el desafío más grande de todos. 

La felicidad no depende de ninguna de estas cosas, la encontramos dentro de nosotros mismos. Surge naturalmente cuando llegamos al presente y disfrutamos de lo que hay aquí y ahora.

Nuestra felicidad brotará en forma espontánea al disfrutar de 'lo que tenemos y no de lo que pensamos que deberíamos de tener'. Está perfectamente bien tener preferencias. Salud, amigos, y las cosas que puede comprar el dinero son bienes genuinos, nos dan placer. Es cuando convertimos a una preferencia en 'una condición indispensable', es cuando perdemos nuestras vidas, y nos volvemos esclavos del 'tener'.

No perdamos el equilibro entre los deseos y los apegos irrealizables. 'Podremos vivir con la mente en las estrellas pero con los pies en la tierra', tal vez esa será la fórmula para ser felices hoy, ahora y siempre'.

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