El siglo de oro del español en el mundo está por llegar, profetizó el entonces ministro de educación, cultura y deporte de España, Iñigo Méndez de Vigo, el 13 de enero de 2017, en el acto de clausura del proyecto El valor económico del Español, un enorme esfuerzo para poner en monetario el idioma que es sustento de vida de 550 millones de personas, cuyos frutos se concretaron en 14 tomos y que, como publicó EFE, se desarrolló durante 10 años (2006-2016) bajo el patrocinio de Telefónica, la transnacional ibérica de telefonía celular.

José Luis García, uno de los compliladores del estudio, informa que, entre 2000 y 2010, el español multiplicó “por cuatro” los intercambios comerciales entre países hispanohablantes y se ha convertido en “potente impulsor de internacionalización en el ámbito hispanohablante”.

El hispano-peruano Mario Vargas Llosa, premio Nobel de Literatura, manifestó, en el mismo acto, que “nadie planeó” que el español “se convirtiera al cabo de los siglos en unos de los vehículos más importantes de comunicación y de cultura en el mundo moderno y que su fuerza expansiva siga siendo uno de los hechos flagrantes de la realidad lingüística de nuestros días”.

Un aspecto en el que los autores del estudio –más de 200 especialistas- ponen especial atención, “vínculo de fraternidad”, le llama Andrés Bello, es el de la lengua como factor de integración de las jóvenes repúblicas americanas que en el siglo XIX, al independizarse de España, no renunciaron al idioma que trajeron los conquistadores, antes al contrario fue el vehículo para “sistematizar la cultura, la educación, los espacios públicos, las comunicaciones formales” y que al darle la entidad de lengua nacional la convierten en el medio vital de su consolidación como países libres. “En las repúblicas hispanoamericanas el nacionalismo se expresa en español”, señalan los especialistas mencionados.

En el momento actual, destacan los autores de la compilación, el español vive un momento estelar en el mundo, especialmente en los Estados Unidos, donde tiene ya el grado de la segunda lengua más hablada y en Europa, particularmente en España, donde cada año crece a tasas de más de 3% el número de jóvenes que acuden a estudiarla como segunda lengua, y su aportación al PIB nacional es del 16%. Lo mejor está por venir. Y tenemos que prepararnos.