Falta de dinero y miedo al cambio, factores para no realizar trámites

Especialistas sugieren fomentar la cultura de la prevención, ya que en la mayoría de los casos dejan para último momento el trámite de documentos.

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En ocasiones las personas dejan pasar la realización de trámites por la pérdida de tiempo que implican la burocracia. (Milenio Novedades)
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Jaime Tetzpa/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Posponer el trámite de algún documento importante para el último momento no siempre es por desidia. Algunas personas se niegan a enfrentar los cambios; otros, por falta de dinero, y un tercer caso, por la pérdida de tiempo que implican la burocracia.

Por eso, los especialistas sugieren fomentar la cultura de la prevención pues en promedio de cada diez personas, solo cuatro no incurren en alguna de las situaciones anteriores.

Especialistas en conducta humana, como la doctora Marisa Lorena Gamboa Ancona, directora de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), y el especialista en economía familiar, Felipe Alonzo Solís, explican el tema desde diferentes puntos de vista.

“Muchas personas piensan que jamás se verán involucradas en algunos fenómenos porque asumen que a ellas no les pasarán cosas graves, por lo tanto, prefieren resolver los problemas hasta que llegue el momento”, señala la doctora.

Un ejemplo de ello, dijo, es el simple hecho de preparar su testamento porque significa hablar de la muerte y es algo que rehúyen. La gente adulta piensa que hablar de ese tema es como un presagio, ya que sería tanto como “llamar” a la muerte.

Se dio a conocer que cuatro de cada 10 personas realizan sus trámites sin problema

Otro caso es el de atender a la recomendación de comprar despensa enlatada por si llegara a entrar un huracán, lo cual mientras para un sector de la población es una medida preventiva, para otros es algo que no tiene caso, mientras el tiempo no empeore.

En el caso de la jubilación, dijo, hablamos de que estamos por entrar a una nueva etapa en la vida, que para muchos es como el inicio de una carrera descendiente, sin ver que existen muchas ventajas por haber llegado a ese momento, ya que existe una gran experiencia acumulada no sólo en el terreno laboral, sino también en las propias experiencias.

Muestra de lo anterior, es que hay personas que se niegan a tramitar su credencial del Insen, pese a que representa beneficios y no lo hacen hasta no ver la necesidad apremiante.

Respecto al argumento de muchas personas en el sentido de no tener el dinero necesario para realizar un trámite, señaló que también es una forma de evadir la responsabilidad.

En ese sentido, mencionó el ejemplo de cumplir con un mandato de ley, como es el caso del seguro para los automovilistas.

Sabemos que se requiere tener un seguro de automóvil y vemos que siete de cada diez propietarios, carecen del mismo, aunque represente seguridad o beneficios.

“Se trata de una cuestión cultural, ya que si tenemos para adquirir un automóvil debemos pensar también en el seguro como un complemento indispensable, no como un gasto adicional. Quienes han tenido una mala experiencia en un percance de tránsito, saben que ‘era’ mejor haberlo obtenido desde un principio, ya que siempre será más caro el remedio”, comentó.

Otro de los aspectos que se dejan al último es adquirir un plan de previsión de servicios funerarios, y cuando llega el momento sale más caro por tratarse de un gasto “inesperado”, para el cual pudimos haber tomado las prevenciones necesarias, pero no lo hicimos por el pretexto de no tener disponibilidad de dinero o falta de tiempo, sin considerar que toda acción que hagamos en tiempo y forma nos rendirá beneficios.

Desconocimiento de la tecnología

Por su parte, el especialista en economía familiar Felipe Alonzo Solís considera que el problema de no tener los documentos importantes al día es resultado de tres fenómenos sociales, por un lado la carencia de una cultura de la prevención, la falta de un desarrollo integral digital, que facilite la realización de trámites y finalmente el hecho de que seis de cada 10 trabajadores gane menos de 120 pesos diarios, lo cual le impide cubrir sus necesidades básicas.

Subrayó que esta situación, sumada al desconocimiento de la población en el manejo de la tecnología, genera barreras que dificultan la labor del Gobierno, pese  a su esfuerzo de crear una estrategia digital para Yucatán, que sería en gran medida la solución a esa problemática.

Entre las medidas de prevención, destacó el cuidado de las finanzas personales, ya que para un gran sector de la población enfrentarse a un gasto catastrófico en materia de salud, bastaría para no poder recuperarse económicamente hablando.

“Los gastos catastróficos son aquellos que no están considerados en el presupuesto mensual, como un accidente o una enfermedad, un siniestro en el negocio, al ser víctima de un robo o un incendio, es decir algún percance que afecte su capital de trabajo”, dijo.

Añadió que en la economía familiar tenemos dos tipos de gastos: los básicos que consisten en comer y vestir, así como aquellos que son “inesperados”, producto de un acontecimiento extraordinario, para el cual no estamos preparados.

En ese sentido, dijo, el nivel salarial que tiene la mayoría de los yucatecos le imposibilita cubrir las previsiones para gastos catastróficos.

El salario puede considerarse determinante porque la gente primero debe cubrir sus necesidades inmediatas y sobre todo por la estructura salarial del país, en donde el 60 por ciento de la población gana menos de tres salarios mínimos al día.

En segundo lugar, porque no hay una cultura de prevención y la gente prefiere comprar un celular u otros distractores en lugar de protegerse ante la posibilidad de situaciones adversas.

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