Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Uno de los casos paranormales más conocidos en Izamal está relacionado con el monje fantasma que ronda el convento San Antonio de Padua. Tanto turistas como izamaleños han podido vivir en carne propia sus apariciones.

Hoy presento una entrevista con Fernando Morales Álvarez, quien me platicó que, cuando era comandante de Vialidad del Ayuntamiento de la “ciudad de los cerros”, hace algunos años, tuvo un “encuentro cercano” con el fantasma.

“Estaba con mi compañero a eso de la una de la madrugada, como estaba desvelado le dije que manejara y nos pegamos cerca del cerro de Kinich para dar una pestañeada, reclinamos los sillones y en eso me despierta y me dice 'mira' y vimos una persona que estaba en la parte de atrás de la camioneta, pero no hicimos caso, al rato de nuevo vimos lo mismo, pero sólo se veía por el retrovisor, pues cuando volteábamos para verlo, ya no había nadie, estaba vestido de blanco con una especie de túnica como si fuera un monje”.

Agrega que varias personas le habían dado reportes similares, pues habían visto rondando al monje en las cercanías del convento, caminando lentamente, con una túnica que le tapaba el rostro, e incluso, por momentos levitando.

Fantasmal 'aventón'

Pero ésta no fue la única experiencia paranormal que vivió el comandante Morales, también narró que, semanas antes del caso del monje, le dio un 'aventón' a una joven que de pronto desapareció, al bajarse en el domicilio que le dijo, y tras averiguar entre la gente y sus compañeros, le dijeron que la muchacha había fallecido años atrás y que a lo mejor iba a la casa que habitó en vida para visitar a sus seres queridos.

“Estuve investigando bien, y sí, esa joven ya había fallecido, fue impactante porque, de hecho, cuando estaba en el vehículo y se bajó, esta de pronto desapareció. No se veía por ningún lado, era imposible que se metiera a una casa o que se guardara en otro sitio, menos que llegara a la esquina tan rápido para ocultarse.

Otro policía de Izamal, quien prefirió guardar el anonimato, afirma que el también ha tenido la “amarga experiencia” de ver al monje:

“La verdad, yo siempre me burlaba de mis compañeros cuando me decían sobre las apariciones fantasmales, pero como unos dicen, no lo crees hasta que lo ves con tus propios ojos y así me tuvo que pasar. Entraba al atrio del convento cuando vi a mi derecha, en el fondo del pasillo, a un monje, pero me dio un escalofrío bárbaro, como si mi inconsciente supiera que lo que estaba viendo no era de este mundo, a pesar de que se veía como un humano, pero con la mirada perdida”.

Y agrega: “tardó como diez segundos, yo me quedé inmóvil y de pronto desapareció así nada más, como si se hubiera hecho invisible, yo solo alcancé a persignarme, me di la media vuelta y me fui por donde vine”.

Nuestro entrevistado señala que sus compañeros policías también ya le habían hablado de la “pasajera fantasma”, y dicen que se trata de alma en pena de una joven que hace tiempo murió, pero que se deja ver al pedirle 'aventón' a caleseros, policías y público en general, pero de pronto desaparece.

"De hecho, yo una vez estaba en la base cuando unas personas foráneas llegaron asustadas para decir que le habían dado el 'aventón' a una joven, pero esta desapareció dentro del propio vehículo. En ese entonces yo no le di importancia, pero ahora respeto esas cosas, pues si no las comprendo muy bien, tampoco me voy a burlar o pensar que no existe si ya lo vi”, finalizó.