Huertos familiares permiten significativo ahorro

En simposio realizado en el marco del FICMaya, María Ruenes Morales habló sobre el sistema de producción.

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La permanencia de los huertos familiares mayas se está enfrentando a diversos retos, uno de ellos es la migración de algunos miembros de la familia. (Jorge Acosta/SIPSE)
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Jorge Euán/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- Al participar en el simposio “Los Mayas y la Ciencia: Sistema Agroalimentario Maya Yucateco”, la investigadora María Ruenes Morales señaló que los huertos familiares son una vía de mitigación de la pobreza ya que son un medio de subsistencia en periodos de crisis económicas.

Indicó que en la Península de Yucatán, los huertos familiares, también llamados “solares” o “traspatios”, un componente importante para la familia maya.

El simposio se realizó en el marco del Festival Internacional de la Cultura Maya (FICMaya), que culminó este domingo 25 de octubre.

“En épocas de recesión económica, los huertos familiares en las comunidades mayas reciben un nuevo impulso porque permiten frutos que al venderlos les ofrece un dinero extra”, precisó. 

Ante estudiantes del área de las Ciencias Biológica, la investigadora comentó que de todos los sistemas de producción, el huerto familiar es donde mayor intensidad y distribución del trabajo se da entre los miembros de la familia. 

“El huerto familiar de nuevo empieza a verse como un sistema productivo que provee muchos de los requerimientos alimentarios para el autoconsumo y algunas veces para la venta”, precisó.

Sin embargo, reconoció que desde el punto de vista económico no se observan grandes entradas de dinero al hogar, pero a través de los productos del huerto familiar sí se percibe un significativo ahorro, sobre todo para las del medio rural.

Añadió que los antiguos mayas conocían y manejaban una gran variedad de especies alimentarias originarias de la región.

Aportación de los españoles

“Esta riqueza fitogenética se incrementó con la llegada de los españoles, quienes trajeron nuevas especies desde el Viejo Mundo y se encargaron de introducir, adaptar cultivos y difundirlos; de ahí entonces que en la colonia muchos conventos en Yucatán tenían huertos para su sustento y de ahí las nuevas especies se difundieron hacia los huertos familiares mayas”, explicó. 

Aseguró que es necesario revalorar los huertos familiares y enseñarles a los niños a consumir los productos naturales. 

“El rescate de técnicas tradicionales de especies arbóreas y animales de patio pueden contribuir a mejorar la alimentación e ingresos de las comunidades rurales en Yucatán”, precisó.  

En cuanto a la salud, la académica explicó que consumir frutos del huerto familiar es favorable a la salud, pue se trata de productos frescos, sin conservantes, con alto contenido de nutrientes que favorecen el crecimiento y desarrollo de las personas.

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