Gana terreno cacería regulada y segura en Yucatán

El número de permisos ha ido en aumento en los últimos años, informa el delegado de la Semarnat, Jorge Berlín.

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Hasta el momento no ha habido la necesidad de detener a algún cazador o de retirarle la licencia. (SIPSE)
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Ana Hernández/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Poco a poco Yucatán se consolida como lugar para la cacería de diferentes especies de aves y mamíferos que abundan en la región, al ofrecer no sólo la posibilidad de explotación regulada, sino también de hacerlo con la seguridad de tener el permiso de las autoridades encargadas de supervisarla.
 
El delegado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Jorge Carlos Berlín Montero, dijo que cada vez hay mayor interés de personas locales y de otras entidades para practicar con responsabilidad la actividad cinegética en Yucatán, es una cultura que ha crecido un poco, lo cual también es favorable, ya que tampoco se trata de que la práctica sea masiva.
 
La caza de venados y cercetas o gallaretas, estas dos últimas son parte de las ocho especies de patos que se permiten cazar en la entidad, son las actividades que mayor interés despiertan en los batidores. 
 
Berlín Montero comentó que los permisos que otorgan han aumentado en número, en comparación al año pasado; tienen incluso dos mujeres registradas para actividades cinegéticas y al menos una de ellas ha ingresado a las zonas de caza, la otra no, pero realizó el trámite.
 
Por su parte, el jefe del Departamento de Conservación de Ecosistemas de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), Luis Antonio Méndez González, indicó que desde el 2008 se ha registrado un avance positivo en los cazadores y guías en cuanto a la conservación, vigilancia e incluso limpiezas en las reservas donde se realizan las actividades cinegéticas.
 
“Antes no existía la posibilidad de tener una regulación y se cazaba sin control aprovechando que en las reservas la vigilancia depende de los guardaparques; hay dos casetas en Sisal y una en Celestún, que son las dos áreas de mayor interés para la cacería”, precisó.
 
Comentó que antes eran cinco las especies de cercetas y gallaretas que se podían cazar, pero en este año se autorizaron dos más, lo cual amplió el número de aves que los cazadores tienen oportunidad de abatir.
 
Entre las aves que ahora hay en buen número en la zona y por lo cual se autorizó su cacería son: pato cabeza roja y cerceta alas verdes.
 
Precisó que la Semarnat es la dependencia autorizada para liberar o restringir la cacería; para ello se realiza una valoración de las especies para constatar que exista el número suficiente para autorizarla en la lista de permitidas para caza regulada.
 

A los bolsillos de comunidades

 
Practicar la cacería de cercetas en la entidad implica un costo mínimo de ocho mil pesos para obtener los permisos de portación de armas y la adquisición de los cintillos que autorizan el número de especies que pueden abatir.
 
Por cada pase o cintillo, el cazador puede abatir hasta 30 aves en reservas del litoral poniente; la cacería es considerada un ejemplo de desarrollo sustentable, porque permite un beneficio amigable, social y económico.
 
Los cazadores no sólo pagan permisos, sino que además, considerando el tipo de actividad que realizan, contratan guías en las comunidades, y cuando obtienen los ejemplares, regresan a la comunidad para que se los preparen para consumir, así que continúan dejando beneficios a la comunidad.
Los permisos cuestan de tres mil a ocho mil pesos, y los otorga la Semarnat
 
Además del consumo de gasolina, los permisos cuestan de tres a ocho mil pesos, y los otorga la Semarnat, según el tipo de licencia que se requiera.
En la cacería de aves, el costo de la licencia es de cuatro mil 158 pesos y les da cuatro cintillos de caza, el pago es por persona e intransferible.
 
En la temporada autorizada de caza de cercetas y gallaretas el número autorizado es de 24 mil ejemplares, y el promedio que se abate es entre 20 mil y 23 mil aves, según datos de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma).
 
En 2010-2011, la Temporada Cinegética de Aprovechamiento de Aves Acuáticas Migratorias permitió la recaudación de 177 mil 900 pesos por el concepto de venta de 593 cintillos. 
 

Control de especies abatidas

 
Autoridades estatales y federales han coordinado mejor sus esfuerzos para supervisar la actividad cinegética en el Estado, lo cual permite tener mayor control del número de especies que son abatidas con fines deportivos e incluso comerciales.
 
El secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente (Seduma), Eduardo Batllori Sampedro, señaló que esa dependencia ha sido clara en la necesidad de enfatizar a las comunidades el proteger y cuidar las especies de flora y fauna silvestre, los ecosistemas.
 
Lo anterior, para lograr que el aprovechamiento ecológico y económico que esta zona tiene pueda seguir siendo un medio de apoyo; dado que si ocurre lo contrario no sólo causarán un impacto negativo en la ecología, sino que además se quedarán sin una opción de ingresos.
 
El jefe del Departamento de Conservación de Ecosistemas de la Seduma, Luis Antonio Méndez González, indicó que la coordinación de las autoridades estatales y federales en las reservas ha logrado apoyar la regulación de la cinegética, reduciendo las incursiones furtivas.
Comentó que hasta el momento no han detenido o retirado la licencia a algún cazador que se pase de listo; actualmente, el número de personas registradas con permisos de caza supera las 150, y de éstos, el 99% son hombres, sólo hay dos solicitudes de mujeres.
 
En la recién concluida temporada de caza, para facilitar los permisos no sólo se reguló que al salir lo hagan notificando en la caseta, sino que incluso en esos sitios se ofertaron los cintillos que permitían cazar hasta 30 ejemplares de cualquier variedad.

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