Con el poder de transformar la vida

Su vocación la descubrió desde pequeño jugando con estetoscopios, curando plantas y animales; ahora cuenta con más de 900 trasplantes.

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Andrés Bazán Borges, con 26 años de trayectoria médica, fue el primer yucateco en realizar trasplantes en México y el extranjero. (SIPSE)
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Por Itzel Chan
MÉRIDA, Yuc.- Desde niño, Andrés Bazán Borges tenía claro su futuro: ser médico, lo que nunca imaginó es que sería el primer yucateco en realizar trasplantes en México y en otros países de Latinoamérica.

Su padre, el abogado Andrés Bazán Aguilar, y su madre, la profesora Elsy Borges Castellanos, lo apoyaron en todo momento para que se forjara un nombre desde que decidió estudiar Medicina.

Ahora, con más de 26 años de carrera, cuenta en su haber con más de 900 trasplantes.

“Me gustaría que sobre esta certeza pudieran hablar mis padres: soy médico desde que nací. Mis juguetes eran estetoscopios; curaba a las plantas, las inyectaba; atendía a los animales… nunca titubeé sobre mi profesión, siempre lo supe”, relató Andrés Bazán, médico con prestigio nacional e internacional.

Aunque al principio no tenía idea sobre su futuro en el servicio médico, desde que tuvo contacto con los médicos Arturo Kury y Javier Castellanos Coutiño, que realizaron el primer trasplante de corazón en México en 1986, supo que se especializaría en este tema…

Cuando Bazán estudió la carrera de Medicina en la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady) no se hablaba de este tipo de cirugías, ya que los trasplantes se realizaban de forma esporádica en el país.

“Para entonces desconocía los alcances de este tipo de cirugías. Fue cuando terminé mi carrera y me fui a la Ciudad de México que comencé a tener contacto con este tipo de procedimientos médicos”, comentó.

Y recuerda con orgullo que fue en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre en donde realizó su especialidad en cirugía gastrointestinal.

EU y España

Años después se trasladó al hospital Monte Sinaí, en Estados Unidos, en donde realizó un trasplante de riñón.

Para 2005 ya estaba en Madrid, España, en el hospital 12 de Octubre, donde hizo trasplantes de hígado, páncreas e intestino delgado.

Estas experiencias le ayudaron para que al regresar a México aportara ideas en el tema de trasplantes.

“En los 90’s no había fuerza en el tema de trasplantes. No había ley adecuada para la donación de órganos, ni donación cadavérica. No existía suficiente tecnología y medicamentos”, detalló el médico como algunos de los retos a los que se enfrentó.

Tampoco existían muchos médicos que se dedicaran a las cirugías de trasplantes y el perfil de la especialidad como tal era inexistente.

“Todos los que egresábamos éramos cirujanos generales, con un conocimiento adicional. Nos enfrentábamos a la gente que no tenía nada de conocimientos y que incluso estaban en cargos directivos más altos. No se había profesionalizado la cirugía de trasplantes”, precisó.

Histórico curso para especialistas

Una de las aportaciones más importantes que ha realizado y que continúa vigente es que en el Hospital Juárez de México se inició en 1999 un curso dirigido a la formación de los especialistas en trasplantes, avalado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Fue el primer profesor titular de este tipo de cursos en el país, y a la fecha funge como tal. No es todo, ha trabajado en otros países como Nicaragua y Honduras, donde realizó el primer trasplante de riñón en 1998.

Bazán Borges es socio fundador de la Sociedad Mexicana de Trasplantes, ya que intervino junto con el Gobierno Federal para modificar la Ley General de Salud en materia de este tipo de cirugías, que sigue vigente.

En Hidalgo, Tlaxcala y Tapachula realizó las primeras cirugías, y con estas acciones se siente pleno profesionalmente, ya que el trasplante de órganos es su pasión.

“De repente te llega un caso difícil y es cuando te enfrentas con el reto de salvar una vida”, mencionó Andrés Bazán. Y así, con estudio y vocación, Andrés Bazán robustece su legado: dejar nuevas formas de hacer las cosas en pro de la humanidad. 

El regreso a casa

“Es una sensación bella el saber que gracias al esfuerzo, a las malas noches y a pesar del cansancio, un paciente regresará a casa con sus hijos, porque para un médico es terrible dar una noticia de que un paciente no regresará a casa.

No sé si mi familia entienda esta labor, me gustaría que sí, pues se trata de mucho esfuerzo y quizá sí, muchas veces estar ausente en fechas importantes. Ahora mis hijos han crecido y no, no son médicos…, se dedicaron a otras disciplinas.

Lo que yo siempre les dije es que mi labor va más allá, en efecto, un trasplante no salva una vida, pero salva a una familia entera.

Los trasplantes dan una oportunidad más de vida a las personas que tienen algún padecimiento y por eso me apasiona tanto involucrarme en ellos”.

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