'El Dios de la Vida nos prepara un destino de vida eterna'

La liberación total de la muerte y de cualquier otro mal será sólo la resurrección de Jesús.

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La palabra de Jesús es humana y puede dar vida a los demás porque Él mismo ha vencido a la muerte. (SIPSE)
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X Domingo del tiempo Ordinario
1 Re 17,17-24; Gal 1, 11-19; Lc 7, 11-17

Primera lectura: 1 Re 17, 17-24 

En este décimo domingo del tiempo Ordinario la liturgia nos presenta unas lecturas con un matiz un tanto dramático. En el primer libro de los Reyes el contexto histórico de este relato es la gran sequía, Elías ha dejado el desierto y ha huido a Sarepta. La mujer a pesar de la muerte del hijo conserva todavía su fe. Ve la muerte del hijo como un castigo de sus pecados y la relaciona instintivamente con la presencia del hombre de Dios.

El hecho de que el hijo recobre la vida hace que la madre sienta que sus pecados han sido perdonados. La relación entre pecado y muerte, perdón y vida es frecuente en la Biblia.

Segunda lectura: Gal 1, 11-19

Los gálatas corrían el riesgo de caer en el legalismo de la religión judía y pensar que la ley era más importante que la gracia salvífica de Cristo Jesús. No podemos identificar con precisión quiénes eran los adversarios de Pablo. Pero aparece algo muy claro: exigen que los paganos convertidos al cristianismo se circunciden si quieren salvarse.

Este texto nos ofrece, en primer lugar, un motivo de consuelo y esperanza: todos pueden llegar al conocimiento de Cristo; en segundo lugar, es un aviso: hay que aceptar el don de Dios y hacerlo fructificar; en tercer lugar, es una comprobación histórica: la respuesta de Pablo a la llamada de Dios.
Pablo resume su pensamiento al decir que “el evangelio que anuncio es obra de Dios”. Esto significa:

  • 1.que no lo han inventado ni fabricado los hombres;
  • 2.que el evangelio proviene de otro que es totalmente diverso;
  • 3.que nadie puede anularlo.

Desde el principio las autoridades de Jerusalén quisieron emplear mano dura y procedimientos violentos, pero ya entonces Gamaliel  les dio el consejo: si es obra de los hombres perecerá, pero si es obra de Dios es inútil luchar contra él. La historia nos ha demostrado que el consejo era sabio.
Evangelio: Lc 7, 11-17

Hay una serie de semejanzas entre el relato de Lucas y el de Elías en 1 Re 17. "Dios ha visitado a su pueblo”. San Lucas intenta describir la misericordia de Dios con esta acción de Jesús y presentar desde ella la perspectiva de la Historia de la Salvación. La comunidad reconoce que ha sido visitada por la gracia y la misericordia de Dios en Jesús de Nazareth. Es una confesión que se convierte en súplica y profesión de fe. En el Nuevo Testamento, Jesús crea una vida nueva porque él ha recorrido el camino que va de la muerte a la vida, y quiere que su vida se manifieste en aquellos que lo siguen. Cuando Jesús retorna los muertos a la vida no sólo muestra su bondad y su amor a los hombres, sino que exige que los hombres, en su ambiente, lleguen a crear algo a través del servicio y del amor.

El evangelio presenta siempre una triple estructura:

  • 1.es el anuncio de algo nuevo que no había existido;
  • 2.es una llamada que espera una respuesta;
  • 3.es una promesa para esta vida y la futura.

La palabra de Jesús es humana (“no llores”). Es palabra eficaz. Y puede dar vida a los demás porque Él mismo ha vencido a la muerte: su Resurrección, la Pascua que acabamos de celebrar, no es una “vuelta” pasajera a la vida, como lo fue para el joven de Naím; Él ya no muere más. Él ha pasado a través de la muerte a la Vida Nueva de Señor Glorioso, sin fin.

El milagro que realiza Jesús revela el dominio que tiene sobre la muerte; pero es sólo una señal, en cuanto que la reanimación de un cadáver es sólo una victoria momentánea, no definitiva. La liberación total de la muerte y de cualquier otro mal será sólo la resurrección de Jesús; pues en ella no se trata de una reanimación, sino de una animación nueva, gloriosa, por la que Cristo entra en una nueva condición de su existencia, de la que nos puede hacer partícipes.

Aquí se nos muestra Jesucristo Nuestro Señor, como un Dios de amor, cercano a nuestra historia, y sobre todo como un Dios de vida. La respuesta de Dios al misterio de nuestra debilidad y de nuestra muerte es la vida; el destino que nos ha preparado, y que nos ha revelado en su Hijo Jesús, es la vida para siempre.

Conclusiones
1.En la comunión, -Cristo que es el que nos invita hoy a levantarnos- nos ofrece la fuerza que necesitamos para ello, porque nos da su propio cuerpo como comida, Él venció la muerte en su Resurrección, y con este alimento suyo podemos levantarnos de todas las situaciones de muerte.
2.Existe una estrecha relación entre Eucaristía y Vida. Jesús se nos da en la Eucaristía porque Él es la Vida en abundancia, la Vida Eterna. Acerquémonos con gran confianza y humildad a recibir este alimento que nos da la vida.
3.En nuestra Eucaristía proclamamos de manera eficaz el evangelio de la salvación que Dios nos envía en su Hijo Jesucristo. El Señor nos visita, como visitó a los habitantes de Naím. Que su salvación actúe en nosotros, transformando nuestras vidas.
Somos pasajeros en este mundo, esto nos debe llevar a la reflexión de que toda nuestra vida debe estar orientada hacia los bienes del cielo. Que debemos prepararnos continuamente para dar el paso definitivo del encuentro personal con Jesucristo Nuestro Señor. Que así sea.

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