Engañan a cantinero para emborracharse a sus anchas

Mediante un truco de llamadas telefónicas logran que el barman les sirva bebidas embriagantes, pero los descubren en la maroma.

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Así se anunciaba el bar La Negrita, durante la Segunda Guerra Mundial. Muchos años después, cayó en desgracia; hace un tiempo, el abrevadero fue rescatado por un binomio yuca-francés. El sitio quedó bien, pero la tradición se perdió. (Sergio Grosjean/SIPSE)
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Sergio Grosjean/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El día se acerca ya que en breve presentaremos el nuevo libro de “Anécdotas de las Cantinas de Mérida” y por ello va un adelanto.

En cierta ocasión, los amigos Carlos Contreras –alias “El Show”- y Erick Moreno se encontraban sedientos, pero no tenían suficiente marmaja para sufragar su vicio, es decir, estaban “brujas” pues solo tenían 100 pesos. Por tal razón, se les ocurrió ir a La Negrita para ver “si pegaba chicle” una ocurrencia, ya que sabían perfectamente que don Manuel Moreno -papá de Erick- era destacado parroquiano del sitio, por lo que su palabra y firma no tenían límites.

Al llegar a la cantina, “El Show” se dirigió al afamado propietario y le dijo: “¡Oye, Chino!”, pero antes que terminara la estrofa fue interrumpido por el mismo asiático que se puso a vociferar y escupir ranas y serpientes como usualmente lo hacía.

¡Uta mare! ¡Ya llegaron los “chayotes”! ¡Qué diablos quieres! Por lo que “El Show” le dijo: “Oye Chino, me dijo don Manuel Moreno que lo que pidamos nos lo sirvieras y él venía luego a pagar”. 

La respuesta del Chino fue simplemente tajante: “¡Vaya a chiflar a su madrecita Manuel Moreno que está todo bruja el “pel..!”.

Sin embargo, a pesar de la incisiva respuesta, ordenaron unas cervezas y mientras les servían “El Show” pidió el número telefónico del abrevadero y salió a la calle. En el acto marcó desde su celular a la misma cantina, y cuando “El Chino” levantó la bocina, “El Show” simuló la voz de don Manuel y le dijo: “¡Oye Chino, ya me dijeron que están Erick y El Show allá, dales lo que quieran y luego paso a pagar, pero no vayas a empezar con tus groserías!”. Por lo que éste contestó: “¡Está bueno, Manuel, pero vente y pagas pel...!”.

Acto seguido, “El Show” entró nuevamente a la cantina simulando que hablaba con don Manuel diciendo en voz alta “¡ahhh, ok, don Manuel, ya habló con El Chino! ¡Ahhh, entonces no hay problema!”, para posteriormente aparentar que colgaba el teléfono y enfocadas sus baterías hacia el veterano cantinero dijo convincentemente: “¡Oye, Chino, me dijo don Manuel que ya habló contigo y dijo que él pagaba!”.

Por lo que El Chino contestó: “¡Conmigo no ha hablado nadie, a mí no me vengan con pen...!”. 

“¿Seguro, Chino?”, replicó El Show. “¡Me dijo don Manuel que ya te dijo!”. 

Por lo que contestó: “¡Bueno, les voy a dar una; sólo una porque luego Manuel es un pel... y no paga!”.

Piden de lo más caro

De tal forma, pidieron un whisky, luego otro, y cuando ya llevaban algunos, El Chino les dijo que ya no les serviría ninguno más.

Es así que El Show salió nuevamente y volvió a marcar al abrevadero y dijo:

“¡Oye Chino, soy Manuel! ¡Qué te pasa! ¡Deja de jo...! ¡Sírveles lo que quieran!”.

El Chino contestó: “¡Está bien, Manuel, pero tú me pagas, luego esos mentecatos se van sin pagar y les vale sorbete!”. 

Acto seguido, El Show entró nuevamente a la cantina y pidió un whisky, por lo que El Chino insistió: “¡Donde no me pague Manuel Moreno, a ustedes les voy a partir la máuser pel...!”.

Una llamada que no esperaban

Felices los pilluelos, al son de las aguas fuertes continuaron la parranda, pero para su desgracia el placer fue eclipsado por una llamada. Era don Manuel que le preguntaba a Erick dónde estaba, por lo que no tuvo más remedio que responderle que andaba en otra parte, pero don Manuel, antes de colgar, le dijo que estaba llegando a La Negrita.

Al escuchar esas palabras y comunicárselas a su colega El Show, simplemente intercambiaron una mirada de signo de interrogación y ágilmente reaccionaron para decirle unísonamente al Chino que ya se iban, pero no sin antes ser despedidos con un par de mentadas de madre por parte del sui generis cantinero.  

Al entrar don Manuel, lo recibieron con la cuenta, pero el hombre no sabía de qué se trataba el asunto, por lo que el Chino le dijo: “¡No te hagas tonto Manuel, tú me hablaste hace rato para que le sirva a tu hijo y a El Show!”. 

Don Manuel, al escuchar eso le contestó: “¿Estás loco, Chino? ¡Yo nunca te he llamado! Por lo que El Chino se encendió y quedó como un energúmeno.
 
-¡Déjate de hacerte tonto Manuel! ¡Tú me hablaste! 

-Yo no te voy a pagar nada, nunca te hablé –respondió don Manuel. 

Y así se enfrascaron en la discusión, siendo que al final de la historia le pagó y, obviamente, a los dos amigos nunca volvieron a servirles sin paga por delante, pues se aclaró que todo fue una farsa.

Finalmente, les recuerdo a los cantineros interesados en adquirir un espacio en el libro para anunciar su abrevadero no dejen de escribirme. Mi correo es sergiogrosjeanyahoo.com.mx y twitter @sergiogrosjean

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