Sergio Grosjean/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Municipios como Cuzamá han demostrado de manera contundente que el turismo de naturaleza puede ser una excelente opción para el desarrollo económico de una pequeña comunidad. Por ejemplo, hasta hace algunos años eran muy contadas las plataformas o trucks que transitaban sobre las antiguas rieles de decauville en la comisaría de Chunkanán, mismas que en el pasado fueron utilizadas para transportar las pesadas pacas de henequén.

En el presente, se observa en esa comunidad decenas de plataformas que son utilizadas por los pobladores para conducir a turistas a algunos de los cenotes de la zona, convirtiéndose ello en el sustento económico de decenas de familias de esa comunidad y ahora también de familias de Cuzamá.

Sin embargo, y a pesar del esfuerzo que estos noveles prestadores de servicio han hecho, esta actividad no se ha consolidado adecuadamente debido a la falta de organización y capacitación, lo que provoca que estas cavidades estén siendo afectadas como consecuencia del manejo irregular que se tiene.

Esta situación podría remediarse si se contara con un adecuado programa de desarrollo sustentable. Por desgracia, el ejemplo antes citado, así como gran parte de desarrollos similares, se han construido sin respetar las elementales normas y sin el cuidado que la estética requiere.

Importante señalar que esta situación no es exclusiva de la iniciativa privada o pequeñas cooperativas turísticas, pues algunos lugares habilitados por el INAH, como el caso de las grutas de Loltún y Balancanché, donde el incremento del impacto ambiental es uno de los problemas más importantes que se han presentado en la actualidad, ya que ha imperado la preocupación por la derrama económica y no se ha tomado en consideración la sustentabilidad que permitiría aprovechar este recurso en la posteridad.

Resuelto probelma de Chelentún

El lunes pasado mencionamos que debido al problema limítrofe entre los ejidos de Cuzamá y Chunkanán había el riesgo de que se le hiciera una oquedad al cenote Chelentún, e incluso el temor que se edificara hasta un muro divisorio.

Por fortuna ya se pusieron de acuerdo y los felicitamos, aunque es importante buscar nuevas alternativas para restarle la carga de gente a esos cenotes, ya que ahora se encuentran muy impactados.

Una sugerencia, por favor, no echen más pinil a los caballos; hay elecciones naturales que sirven para combatir a los tábanos, ya que además que dañan al animal con ese químico, es una terrible imagen para el visitante que ya de “porsi” con solo ver lo flacos, por no decir enfermizos que están estos pobres jamelgos que parece que comen una vez al mes, y ponerles esos sintéticos demeritan aún más. 

En el presente, todos creen que tener un cenote te puede resolver la vida y eso no es así. Para que un cenote pueda ser adecuado y exitoso como destino turístico debe tener varias particularidades, y esas hay que saber explotarlas, ya que no todos los cenotes tienen la misma vocación. Por ejemplo, los cenotes de Nomozón y Nayáen Pixyah, Tecoh, son de forma semiabierta y son adecuados para bañarse y bucear, ya que sus aguas son simplemente impactantes no solo por la trasparencia que los caracteriza, sino por el increíble color azul de sus aguas.

Por fortuna, cada uno de ellos tiene un grupo organizado y, en consecuencia, se lograron atraer recursos por parte de la misma Seduma y se colocaron baños y otras adecuaciones que eran importantes para que el turista se sienta a gusto.

Confiamos que estas nuevas instalaciones las cuidarán y les darán mantenimiento estos nuevos turisteros, pues no queremos ver que se repita lo que ha sucedido en el pasado con otras inversiones que, simplemente se abandonan, o los baños permanecen sucios y sin agua.

Creo que con ello y el apoyo de la Secretaría de Turismo que podría ayudarlos con publicidad y cursos de capacitación, estos sitios serán un éxito y deseamos que así los sean. ¡Por las trusas remojadas en pinil! Nos vemos en la siguiente entrega como todos los lunes.

Mi correo es [email protected] y twitter @sergiogrosjean