Invitan a cumplir con obras de misericordia

Ofrece la Iglesia los medios para realizar actos piadosos para acercarse a Dios.

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Una de las acciones es ir en peregrinación a los diferentes santuarios. (Jorge Acosta/SIPSE)
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Jorge Euán/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El Año Jubilar de la Misericordia es la oportunidad que tienen los fieles de responder con generosidad al llamado de Dios y manifestar su rostro siendo solidarios con los hermanos.

Es por ello que la Iglesia, como madre y maestra, guía a sus hijos al encuentro con Cristo al promover prácticas religiosas que fortalecen la fe y la devoción.

Al respecto, la Arquidiócesis de Yucatán ofrece a los feligreses opciones piadosas que los acercan a Dios y los ayudarán a aprovechar los beneficios espirituales en este Año de la Misericordia.

De acuerdo con la oficina Diocesana de Comunicación, realizar una peregrinación como un acto de piedad ayuda a ganar indulgencia plenaria, y en Yucatán, puede hacerse en los diferentes santuarios como Izamal, Tizimín, San Cristóbal y todos los templos cuyas puertas fueron designadas del Perdón durante este Año de la Misericordia.

Cabe señalar que antes o después de cruzar la Puerta del Perdón, los feligreses  deben recibir el sacramento de la confesión, participar en misa y recibir la comunión, así obtener la indulgencia plenaria.

Es fundamental la confesión porque es el sacramento de la curación espiritual y de la conversión, ya que hace que el hombre retorne al Padre; es por ello que los sacerdotes de las diferentes parroquias en la Arquidiócesis han dispuesto horarios especiales para que los fieles reciban este sacramento.

También,  la Iglesia propone la práctica de las obras de misericordia, las cuales son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos al prójimo en sus necesidades corporales y espirituales. 

Existen en la ciudad muchos albergues, asilos o vecinos que tienen muchas necesidades que se pueden ser auxiliadas con la generosidad que manda el Año de la Misericordia.

Asimismo, la Iglesia invita a ser generosos en este año jubilar otorgando o pidiendo el perdón de alguien que se haya ofendido o de quien se hay recibido algún agravio, ya que esta acción hace humilde al hombre y a perdonar como Cristo lo hizo en la cruz.

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