Jóvenes yucatecos rejuvenecen la cultura del té

Javier y Paola Icaza Santos, estudiantes de la Universidad Anáhuac, fundaron la empresa “Hoja de alba” para fomentar el consumo de la bebida.

|
Javier Icaza Santos cuenta con el apoyo de Magdiel Padrón Rivas, quien es el administrador del negocio, y es egresado del Tecnológico de Mérida. (Juan Carlos Albornoz/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Para aportar a la industria del como una bebida saludable y un estilo de vida, los jóvenes Javier y Paola Icaza Santos, estudiantes de Mercadotecnia  y Pedagogía, respectivamente, de la Universidad Anáhuac, fundaron la empresa “Hoja de alba”, a través de la cual promueven la cultura de esta bebida con productos de calidad para elevar el nivel de su consumo en la ciudad, y difunden información sobre los beneficios de la hoja y su relación con las culturas del mundo. 

Javier viajó recientemente a Taiwán para enriquecer su trabajo y donde aprendió más sobre el tema y renovó el enfoque de su modelo de negocio.

El joven cuenta con el apoyo de Magdiel Padrón Rivas, un egresado del Tecnológico de Mérida y quien administra del negocio, además se especializa en el trabajo de optimización de recursos y se convirtió en conocedor de las 15 variedades de té que manejan.

¿Por qué iniciar un proyecto de té?
Como mercadólogo, me dedico a detectar necesidades, pero en este caso fue una combinación entre mi gusto por el té y mi perfil académico porque el tema me interesa desde hace cinco años, pero la idea la comencé a madurar desde hace tres, cuando me di cuenta que en Mérida no existe una variedad ni calidad del té, así que con respaldo y motivación de mi padre comencé el negocio con mi hermana, ella es especialista en ventas y yo en el manejo de las estrategias.  Fue un proyecto, que se nutrió aprendiendo.

¿Qué bases te aportó la escuela para ser emprendedor?
La Anáhuac siempre te da materias de liderazgo, emprendedurismo y hace un año y medio intenté empezar un proyecto, pero era financieramente infactible (sic); de ahí aprendí y comencé a enfocar de nuevo mi atención al té, y siempre nos impulsan a arriesgarnos, además nos apoya para darnos tiempo para el estudio y el negocio.

¿Cómo fue su proceso de financiamiento al comprobar que era factible?
Iniciamos con capital propio y  apoyo de nuestros proveedores que confiaron en nosotros, esto como resultado de un trabajo de convencimiento. 

Logramos que nos dieran producto para probar que lo podíamos distribuir y hasta el momento no nos hemos incubado, queremos empezar por nuestra parte y ahora tenemos planes de crecimiento. 

Estamos enfocados en venta mayorista, nos ha ido bien,  pues en la etapa temprana estábamos más allá de los números rojos. Luego, implementamos estrategias y afortunadamente nos hemos recuperado y hemos adquirido auge en los últimos cinco meses.

¿Qué proyectos están desarrollando para potenciar su negocio?
Estamos aterrizando otro esquema, el minorista; empezamos con el mayorista porque la gente todavía no tiene arraigado el consumo del té en casa, sino en restaurantes y hoteles. Queremos enfocarlo como una cultura porque el té no es un remedio, sino tiene una variedad parecida al vino, varias categorías, tipos, orígenes, formas de preparación.

¿Cuál consideran el mayor reto de su negocio?
Generar cultura del té porque la gente lo tiene identificado, pero no lo consume. México es un consumidor bajo de té. Queremos hacer que se hable de esto, tengo años estudiando sobre el té y creo que eso servirá.  

El té es la bebida de la salud, es agradable al paladar, tiene antioxidantes, ayuda a que tengas un mejor sistema, te ayuda con la piel. Además, funciona como energético, pero sin el costo de la ansiedad y ayuda a concentrarte. 

Al té se le puede detectar 95 por ciento de los sabores, es una cultura parecida al vino. Para promover estas bondades tenemos una página de Facebook. 

El té viene de la Camelia Sinesis, una flor que duerme de noche y cuando llega el alba se abre, por eso el nombre de la empresa.

¿Cómo enriqueció el negocio tu viaje a Taiwán?
El té que menos manejamos es el oolong, porque es el que menos se consume en el país, pero el que más variedades de sabores tiene. 

En la escuela me pidieron hacer servicio social y me dieron la alternativa de hacerlo en otro país, y cuando me tocó elegir decidí Taiwán, donde aprendí más de lo que imaginaba, conocí que el té no sólo es oxidado sino añejado, como el “Pu Ehr”. 

Estuve trabajando en una escuela con un proyecto de intercambio cultural,  allá la cultura del té es fuerte y me empapé de su conocimiento. Tengo planes de distribuirlo en algún esquema.

¿El factor joven cómo ha influido en tu trabajo?
Al principio, los proveedores no confiaban en mí, pero tras infinidad de llamadas, logre convencerlos que era fanático de su producto y además estaba interesado en desplazarlo. 

Al ser joven, no tienes pena y no me importó estar hablándoles todos los días para lograr mi objetivo; ahora somos distribuidores exclusivos en Yucatán de Euroté.

¿Qué lecciones te ha dejado hasta el momento este camino como emprendedor?
El más importante, además del intelecto, son las ganas de hacer las cosas para desarrollar la idea y ponerte a trabajar. 

Taiwán fue una experiencia que reforzó esa idea, me fui sin saber el idioma y no tuve miedo y después de eso puedo seguir sin problemas, lo importante es dejar de darle tantas vueltas a las cosas y comenzar, aprendes mucho en el proceso. 

Los jóvenes debemos crear generaciones de emprendedores, que se relacionen y hagan alianzas porque empezamos en un mundo competitivo, donde peleas con grandes y si lo haces en unión con otros emprendedores el camino es menos complejo.

Lo más leído

skeleton





skeleton