La inigualable Ligia Cámara vivirá siempre en el corazón de los amantes de la Música

Hay seres que permanecen siempre cerca de nosotros, aun cuando el destino los haga partir...

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Hay seres que permanecen siempre cerca de nosotros, aun cuando el destino los haga partir abruptamente a otras latitudes. Tal es el caso de la siempre recordada Ligia Cámara: admirada pianista y cantante de profunda voz, fecunda compositora de temas yucatecos, eficaz directora musical, miembro distinguido de nuestra comunidad artística y, ante todo, entrañable e inolvidable amiga. A los tres años aprendió a tocar el piano, a los cuatro estudió el violín, a los siete ya tocaba la guitarra. Estudió la carrera de educadora, que ejerció hasta su jubilación, y falleció repentinamente en la plenitud de su arte musical, el 13 de octubre de 2013.

Su nombre completo fue Ligia Trinidad Cámara Blum y había nacido en Mérida el 1 de abril de 1943. Fue una reconocida impulsora del jazz en nuestro medio, apasionada defensora del bolero, pianista acompañante de notables cantantes como Elena Burke y Amparo Montes; directora de su propio Klan Musical, feliz musicalizadora de grandes poetas yucatecos como José Peón Contreras, Rosario Sansores, Carlos Duarte Moreno, Manuel Montes de Oca y Humberto Lara y Lara e inspirada compositora de sus propios temas, como el bolero No vale la pena, el bambuco Sucedió cuando te vi y el preludio-bolero Para ti, con el que culminó su ascendente carrera. Mantuvo una entrañable amistad con los pianistas Judith Pérez Romero, Frank Domínguez, René Touzet, Pedro Carlos Herrera y Rodrigo de la Cadena con los que alternó en inolvidables noches en el Teatro Peón Contreras.

Hizo frecuentes giras a Cuba y a las ciudades de México, Guadalajara, Monterrey y Campeche. Participó en las seis ediciones del Festival Internacional de Bolero en Yucatán (1995-2000), Festival Internacional Cervantino (2005) y Festival del Danzón de La Habana (2008). Su presencia fue muy aplaudida en los mejores teatros del sureste y de otras ciudades. El Ayuntamiento de Mérida le confirió la Medalla Guty Cárdenas (2008) y la Sociedad Artística Ricardo Palmerín, de la que fue directora musical, le otorgó post mórtem la Medalla Ricardo Palmerín (2014).

A Ligia le debo la musicalización de mis poemas Dos palmas cubanas (1975), A veces (1997), El son de tu mirada (1998) y Como sangre herida (1999), con el que ganamos el segundo premio del Festival Juan Acereto 2000.

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