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En cuestiones políticas nuestras percepciones provienen de noticias y decisiones que se toman en el centro, como el precio de la gasolina e impuestos, y los servicios como el Seguro Social e Infonavit; estatalmente nuestra percepción viene de la inversión pública en carreteras, obras, educación, seguridad, así como gasto local; del Ayuntamiento serían alumbrado, mantenimiento de calles y parques, basura y transporte público, principalmente.

Todas estas noticias las vemos a diario en los periódicos, nuestro juicio se basa en estos temas; las buenas noticias existen, pero nunca serán tan ponderadas como las malas; sin embargo, personalmente valoro estos puntos, pero también la administración financiera de los tres órdenes de gobierno, porque todos los temas expuestos pueden mejorar artificialmente en el último año del gobierno vía gasto o deuda para mejorar la imagen. En el pasado hemos visto que en los 2 últimos años de gobierno han aumentado el gasto público, vía crédito de proveedores que luego no pagan, créditos bancarios o gastos extra que luego castigan el primer año del siguiente sexenio.

De cara las elecciones el Gobierno Federal muestra un decrecimiento sostenido del PIB; recortes al gasto y señales de aumento en la cartera vencida, tanto del crédito de personas como de las empresas, son indicadores que, si bien aparentan estar mal, provienen del esfuerzo para recuperar el superávit fiscal; además, el empleo en el IMSS está aumentado no por crecimiento económico sino por disminución de los informales. El año 2019 federalmente pintará mal, con menos ingresos y menos gasto, pero, por otro lado, otorgará menor inflación y tasas de interés bajas. El Gobierno Federal ha privilegiado la responsabilidad financiera y habrá estabilidad económica y este acierto nadie lo ve.

Las finanzas de Yucatán son complicadas de leer, tienen datos muy ampliados y específicos para 2018 y trimestrales, pero sus páginas de estadísticas de años anteriores no están actualizadas; sin embargo, las calificadoras expresan buena opinión de deuda y destino, aunque un aumento leve es razonable igual que los gastos, así como alza de indicadores de empleo, PIB e ingresos positivos, o seas finanzas públicas sanas.

El Ayuntamiento de Mérida está igual: sus ingresos, deudas y gasto interno y de inversión en saldos ordenados y positivos; lo más encomiable es el claro acceso a los datos estadísticos y sus buenas calificaciones crediticias.

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