Los aluxes del pozo de Yaxkukul

En su niñez, don Sergio Tolosa veía normal convivir con los seres míticos del mayab.

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Recreación de tal y como vio don Sergio a los dos aluxes en el brocal del pozo de su casa. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Creo que no hay habitante de Yucatán que no haya escuchado a lo largo de su vida algún relato sobre los aluxes, esos pequeños seres del mayab que se supone son creados con barro por sacerdotes mayas y que, tras un ritual, cobran vida con el objetivo de convertirse en guardianes de milpas y terrenos, entre otros sitios determinados.

Existe una leyenda con relación a estos seres que habla de que muchos de ellos se fueron a vivir en pozos y que hasta la fecha permanecen ahí, ya que debido a la llegada de la civilización muchos de los terrenos donde vivían fueron convertidos en casas, maquiladoras o carreteras.

El relato que a continuación presentamos fue contado por don Sergio Tolosa, oriundo del municipio de Yaxkukul, aunque desde hace años radica en la ciudad de Mérida.

“Actualmente tengo 59 años de edad, pero cuando tenía 12 y vivía en mi pueblo, recuerdo muy bien que vi a un par de aluxes en el fondo del patio de mi casa, justo en el brocal del pozo. Lo veía como algo normal ya que vivíamos con mis abuelos y ellos siempre nos habían contado leyendas y vivencias sobre estos seres y nos habían enseñado que no eran malos, que solamente eran guardianes de las milpas”, explicó.

Y agrega: “los puedo describir, ya que los recuerdo como si hubiera sido ayer. Tengo muy presente esa imagen de los aluxes, ya que además pude verlos tiempo después, dos o tres veces más y eran los mismos, porque eran igualitos; medían como 70 centímetros, uno de ellos tenía la cabeza más grande que el otro y más redonda, tenía una boca muy grande y le sobresalían todos sus dientes, sus orejas eran puntiagudas como de un perro u otro animal, no se parecían a las de los humanos”.

“Algo que aún tengo muy presente en mi mente es que el otro alux le estaba dando golpecitos muy leves en su cabeza y luego dejó su mano ahí. Nunca supe qué significó eso.

“Según mi abuelo, estos aluxes fueron creados y colocados ahí en su propiedad desde muchos años antes, desde que él era un adolescente, y decía que no les debíamos de temer, al contrario, nos decía que cuando tuviéramos alguna golosina se las lleváramos y las dejáramos en el brocal, ya que ellos vivían en el interior del pozo.

"Y habitaban en este sitio porque, al parecer, originalmente tenían su casa varios metros de ahí, pero esos terrenos se vendieron o se expropiaron para construir una de las calles del pueblo y fue entnces que los aluxes se refugiaron en el pozo, eso lo decía uno de mis tíos, quien sabía bien la historia, ya que, incluso, también llegó a verlos en su vivienda original.

“Cuando crecí y cumplí 15 años me fui a vivir a Mérida, pues mis tíos me trajeron para trabajar, aquí conocí a quien tiempo después se convirtió en mi esposa y ya me quedé a radicar en esta ciudad, pero siempre vamos 3 o 4 veces al año a Yaxkukul, por desgracia, ya nunca volví a ver a esos aluxes.

Y finaliza; “Algo que me dio mucha pena fue que una vez vi que habían tapado el pozo, ya que casi se cae en su interior la pequeña hija de mi primo, que es muy traviesa, y sé que quizás sea una tontería lo que voy a decir, pero aún tengo una pequeña angustia, la de saber si cuando lo taparon (lo sellaron con cemento) se quedaron esos aluxes atrapados en su interior”.

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