Los niños fantasmas del periférico oriente de Mérida

Policías han reportado que ven a 3 pequeños que fallecieron trágicamente en 2006.

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En uno de los nichos aún permanecen los zapatitos que tenían los niños el día de la tragedia.
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Jorge Moreno/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El miércoles pasado, mientras circulaba por el periférico oriente de Mérida (retornaba de la villa de Muna) me detuvo una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública, el motivo no fue precisamente para contarme un relato de terror, sino para ponerme una infracción debido a que iba a exceso de velocidad.

Mientras el oficial realizaba la boleta, le pregunté si no sabía de algún caso paranormal, a lo que me dijo que no, porque era de nuevo ingreso, pero que ya había escuchado a sus compañeros hablar sobre los “niños fantasmas” que se ven justo en ese tramo del periférico en donde estábamos.

Recordé que ese caso ya lo había investigado anteriormente y hoy, en “Policías y fantasmas” es buen día para darlo a conocer.

La historia comienzó un trágico día de octubre del año 2006: eran aproximadamente las 11 de la mañana y tres niños que acababan de salir de la escuela intentaban cruzar el periférico, cerca del puente (el que se ubica en la salida a la carretera a Cancún); pero en eso venía un auto a toda velocidad de bajada de ese puente, el conductor no alcanzó a frenar y el impacto fue tan fuerte que aventó a los tres niños varias decenas de metros hacia adelante.

La muerte de los tres niños fue instantánea, y sus cuerpos llegaron, por el impacto, hasta el camellón central, casi en el carril contrario.

Cabe mencionar que a raíz del accidente los vecinos hicieron manifestaciones y bloquearon esa vía debido a la alta velocidad en que transitaban los autos en la zona, y a que era paso obligado de decenas de pequeños que iban a la escuela todos los días y tenían que cruzar ambos cuerpos del anillo periférico.

En respuesta, el gobierno estatal construyó ahí el primero de varios puentes peatonales que hay en la actualidad.

A partir de ese momento, los propios policías empezaron a reportar que venían a los niños que habían fallecido intentando cruzar la vía:Pero mientras iniciaban los trabajos de construcción, se puso en guardia permanente a policías, en ambos cuerpos de ese tramo del periférico para que vigilaran el tránsito y el paso de las personas.

Esto fue lo que me dijo uno de los policías que entrevisté en ese entonces: “En una ocasión me tocó el turno nocturno ahí, era casi la medianoche; en eso vi una niña los carriles donde yo estaba, me aproximé lo más que pude y le dije en la radio a mi compañero que estaba en el carril contrario que estuviera pendiente para que vea que cruce bien la niña, pero este me dice que no había nadie”.

“No puede ser”,  le dije, acabo de verla cruzar, me fui acercando, me metí al camellón, revisé en todos lados y no estaba por ningún lado, me acerqué a una pequeña construcción que estaba ahí para ver si no se había guardado (escondido) y nada, fue cuando me cae el veinte que esa construcción era el nicho en donde murieron los tres niños, en ese momento me ericé y recordé lo que habían dicho mis otros compañeros que también ya habían visto el alma en pena de esta niña que aparecía de un tramo y desaparecía en el otro”, finalizó.

Cabe destacar que en los siguientes meses, varios policías así como personas que viven y trabajan en la zona aseguraron ver el alma en pena de una niña, ellos aseguran que se trata de una de los tres que perdieron la vida en ese fatal accidente.

Actualmente aún permanecen ahí los nichos, rodeados de malla ciclónica para que nadie pueda atravesar esa peligrosa zona, ya que para pasar se debe usar el puente peatonal.

Ellos respondían en vida a los nombres de Erick Adrián Homa Matus (12 años), su sobrina Guadalupe Miranda Homa Cox (seis) y Beatriz Adriana Alvaro López (nueve), y sus muertes quizás no fueron en vano ya que con la construcción del puente se han salvado muchas vidas en ese peligroso tramo carretero.

Por cierto le mando un saludo al agente Víctor Manuel Huchim Poot, quien a pesar de leerme en Enigmas, no me perdonó la infracción, cumpliendo así con su trabajo.

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