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MÉRIDA, Yucatán.- El sector hotelero del Estado está en crisis, ya que más de 40 establecimientos de hospedaje de Mérida, zona costera y localidades importantes de Yucatán están en venta o al borde del cierre dado que enfrenta dificultades de operación, bajos márgenes de ganancia y escasa demanda del turismo.

El presidente de la Asociación de Hoteles de Yucatán (AMHY), Ricardo Dájer Nahum, reconoció esta situación ante el inicio del período de vacaciones, en que el sector de hospedaje del Estado lo considera como un “salvavidas” para resolver los problemas de solvencia y la reducida ocupación que registra en temporadas bajas.

Centros de hospedaje enfrentan bajos márgenes de ganancia y escasa demanda

Según la AMHY, Yucatán cuenta con 373 establecimientos que abarcan diez mil 864 habitaciones, sin embargo, Dájer Nahum expone la difícil  situación que en general enfrentan los establecimientos ante la baja afluencia de turismo nacional y extranjero, sobre todo en temporadas que no son vacaciones.

Precisó que de enero a mayo del presente año se registró casi un cinco por ciento menos de ocupación con respecto al mismo periodo de 2012.

Respecto a los hoteles en venta, dijo que se trata de todas las categorías, la mayoría de Mérida, desde un hotel boutique por el que piden 4.5 millones de pesos hasta un hotel-hacienda en Molas de 82 hectáreas con un precio de 48 millones de pesos.

Servicio

Una de las claves para que el turista regrese a Yucatán es el trato que brindan los habitantes del Estado, en especial Mérida. 

Sin embargo, los prestadores de servicios reconocen que cada visitante, dependiendo de su lugar de origen, tiene un tipo de comportamiento que tienen que sortear para dejarlo siempre satisfecho y contento.

El gerente de conocido restaurante del Centro Histórico, Víctor López Cruz, dijo que los turistas más “codos” son los españoles y argentinos. 

En cuanto a las propinas, comenta que los más generosos son los “gringos”, los “americanos” , “porque están acostumbrados en su país a pagar el 15% de su consumo”. “Los mexicanos pagan buenas propinas, pero sólo cuando están de buenas”, señaló López Cruz.