En las aulas se llenó de satisfacción, pero también de tristeza

El profesor José Ricardo Collí Escalante rememora sus tres décadas de experiencia en la secundaria técnica de Progreso.

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El gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello, flanqueado por el profesor José Ricardo Collí y esposa Socorro Maldonado. (José Acosta/SIPSE)
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Iván Duarte/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El profesor José Ricardo Collí Escalante rememoró sus tres décadas de experiencia frente al grupo en la secundaria técnica de su natal Progreso, tras recibir ayer de manos del gobernador Rolando Zapata Bello una medalla en reconocimiento por su impecable trayectoria en el magisterio yucateco.

Sin ocultar su emoción, el docente habló de sus experiencias en el salón de clases, entre ellas, percibir el respeto, aprecio y reconocimiento de alumnos y estudiantes, en especial cuando sabe que ha contribuido a la formación de un hombre de bien.

“Me llena de satisfacción cuando alguien, con un bebé en brazos, la fisonomía cambiada, y que no alcanzo a recordar, me reconoce y me dice con emoción: gracias, maestro, aprendí mucho de usted”, señaló el profesor, entrevistado en el marco del reconocimiento que el Gobierno del Estado realizó ayer en la hacienda San Diego, Tixcacal, a los profesores que cumplen 30, 40 y 50 años de servicio.

Contrario a esos gratos momentos, Collí Escalante también tiene un recuerdo trágico, cuando en plena función, en su plantel progreseño, recibió la noticia del fallecimiento de uno de los hijos que procreó con su esposa Socorro Maldonado de Collí.

“Es algo que me duele mucho recordar”, indicó el profesor en voz baja.

Era técnico pesquero

Con orgullo, señaló que su formación fue de técnico pesquero, por lo que inició su trabajo en el Instituto Nacional de Pesca, en donde apenas tuvo la oportunidad para convertirse en educador, no lo dudó, y tomó un curso de nivelación pedagógica.

Junto con su esposa también ha contribuido a crecer a tres hijos, dos de ellos radicados en Ciudad del Carmen, Campeche, uno de profesión en Administración de Empresas y el otro Ingeniero Industrial; la tercera heredó el gusto por las aulas y ahora es supervisora de Cendis en esta capital.

Su esposa, quien lo miraba con satisfacción, dijo que durante los 30 años de servicio docente, ella se preocupó porque José Ricardo llegara siempre puntual a la escuela, por lo que ahora confía en que podrá tenerlo más en casa y el profesor porteño podrá dedicarse más a su familia.

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