Mendigos: Libres en la calle, 'encarcelados' en albergues

El caso de un antiguo profesor de inglés contagiado de VIH, abandonado por su familia y discriminado por ser homosexual.

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El albergue Oasis San Juan de Dios está especializado en la atención de personas con VIH/Sida. (albergueoasissanjuandedios.blogspot.com)
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SIPSE.com
MÉRIDA, Yuc.- Su presencia es muy notoria en la ciudad. Se confunden entre el mar de gente que a diario se mueve por las calles en el centro de Mérida, pidiendo dinero.

Se trata de los mendigos, cuya presencia aumenta en los días de quincena.

Algunos tienen discapacidad, principalmente visual o motriz. Los hay también que carecen de alguna extremidad o que sufren algún padecimiento que pudiera catalogarse de extraño.

Otros aparentemente están sanos, aunque también hay varios que tienen alguna discapacidad de tipo mental, como esquizofrenia o algún tipo de retraso mental.

Algunos se conforman con lo que reciben de los transeúntes, pero otros suelen frecuentar las varias oficinas públicas que hay en el corazón de la capital yucateca.

En algunos lugares como el Palacio de Gobierno les han prohibido la entrada.

Los que piden dinero para el autobús

En fechas recientes a los tradicionales mendigos se han sumado otros que piden dinero a los transeúntes con el argumento de que necesitan dinero para el autobús.

El Ayuntamiento, la autoridad más cercana a los ciudadanos de Mérida, carece de algún programa institucional para atender la mendicidad.

"Lo único con lo que disponemos es la atención a grupos vulnerables o que viven en situación de calle, a través del DIF Municipal", explica la regidora Paloma Angulo Suárez, integrante de la Comisión de Grupos Vulnerables del Cabildo meridano.

Muchos de los mendigos del centro de la ciudad son ancianos abandonados por sus familiares, que prácticamente viven en la calle porque no tienen un techo seguro donde dormir.

Algunos de ellos, indica la regidora, han sido trasladados a albergues, pero no se han adaptado y han vuelto a las calles.

En esos albergues, como es el caso CAM del Ayuntamiento que funciona en el fraccionamiento Juan Pablo II, se brinda a los inquilinos techo, tres comidas al día y actividades.

De profesor a mendigo

La edil expone el caso de un antiguo profesor de inglés que ahora vive en la calle, abandonado por su familia. La situación de esta persona se agrava porque tiene VIH y en muchos lugares es discriminado e incluso maltratado por su condición de homosexual.

Por lo general frecuenta oficinas públicas pidiendo dinero a los funcionarios, lo que ha propiciado que en sitios como el Palacio de Gobierno le haya prohibido la entrada.

Sin hogar y en desamparo, duerme en el piso de una antigua casona del centro de la ciudad, donde un ex alumno le permite pasar la noche. La humedad y la frialdad del piso han propiciado que se le agrave otra mortal enfermedad que padece, diabetes, y por la cual todos los días tiene que inyectarse insulina. Esto constituye otro problema, porque necesita refrigerar ese medicamento.

La regidora Paloma Angulo indica que en una ocasión se le consiguió lugar en el albergue Oasis San Juan de Dios, orientado a personas con VIH/sida, pero no se quedó, a pesar de que ahí tenía comida, un lugar donde dormir y refrigeración para sus medicamentos. Lo único que le pedían era que colaborar en el orden y la limpieza del lugar.

Atención a personas de la tercera edad

La edil indica que el CAM del DIF Municipal, ubicado en el fraccionamiento Juan Pablo II, se especializa en la atención de personas de la tercera edad, que reciben techo, comida y actividades recreativas.

En respuesta a una pregunta, la funcionaria considera que sería útil la apertura de un albergue en el centro de la ciudad, donde hay muchos mendigos de la tercera edad.

El problema con estas personas es que ya se acostumbraron a vivir en la calle, de tal manera que al estar en un albergue, donde no se les permite la salida, se sienten "encarcelados".

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