Mérida, ¿ciudad blanca o ciudad amordazada?

En 1980, Elmore City (EU) era una ciudad sin tabernas, cines o tiendas de licor...

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En 1980, Elmore City (EU) era una ciudad sin tabernas, cines o tiendas de licor. Era un pueblo temeroso de Dios donde el conservador Ayuntamiento local había prohibido que se bailara públicamente. “Bailar nunca ha traído nada bueno”, decían los septuagenarios vecinos de la pequeña localidad de Oklahoma, temerosos de ser invadidos por un poco de diversión. Hasta que después de décadas un grupo de jóvenes rompieron con las tradiciones y lograron organizar un baile de graduación.

La anécdota fue noticia hace cuatro décadas, al grado de que Hollywood se basó en ella para realizar la icónoca película “Footloose” (Todos a bailar, 1984), con Kevin Bacon en el protagónico que lo lanzó a la fama. Inmediatamente recordé ese filme cuando me enteré de las medidas represivas que pretenden implementar el Ayuntamiento de Mérida y el regidor panista José Luis Martínez Semerena en el Reglamento de Desarrollo Urbano, que se espera próximamente apruebe el Cabildo de nuestra ahora amordazada ciudad.

Entre las nuevas reglamentaciones se encuentra la de terminar con la música en vivo a las 11.30 p.m., no sólo en el centro histórico de Mérida, ¡sino en toda la ciudad! La retrógrada propuesta incluye bares, discotecas y restaurantes, sin importar su ubicación o si se encuentran en zonas de uso mixto, residencial o comercial. Es decir, todos los días a la medianoche tendremos una ciudad muerta y silenciada entre nuestras manos. Volveremos a los tiempos en los que, literalmente, no había nada qué hacer mas que salir a tomar el fresco en la puerta de nuestras casas, para “comer” al vecino con puros chismes o tomar interminables caguamas en la sacrosanta seguridad de nuestro hogar.

A pesar de que nos hemos convertido en referente de ser un remanso de paz y, al mismo tiempo, una “ciudad diqvertida” para el turismo local e internacional, tal como se publicó en el portal nacional El Informador el 1 de abril: “¡Y vaya que tienen con qué presumir! A la vibrante vida cultural y enorme riqueza gastronómica que ya tiene la capital yucateca, se suma una interesante oferta de bares y botaneros que en han años recientes han dotado a la urbe peninsular de un encanto magnético”. A estos visitantes habrá que advertirles que, en Mérida, gracias a un puñado de quejosos y sin una amplia consulta ciudadana, a todos los votantes con INE se nos ha prohibido bailar…

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